Esperanza Fernández y Miguel Ángel Cortés.

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Sandaru. SFB El Dorado. 3 de octubre de 2019

El guitarrista granaino Miguel Ángel Cortés iniciaba el bolo en solitario, demostrando su nivel de concertista, antes de pasar a ejercer de acompañante. Unos tangos con mucho aroma y frescura ideales para ir entrando en materia. Salió Esperanza Fernández trianera orgullosa de su origen y empapada de flamenco por parte de padre, madre y germanos. La cantaora no había estado en esta sala y venía con ganas de hacernos pasar un buen rato. Empezó con Malagueñas terminadas en abandolaos, y desde el principio  estuvo a gusto la cantaora templada y sabiendo aguantar esos espacios de espera que tan grande hacen a la malagueña. Explicó que iba a hacer una Solea de Triana unida con la Caña, gran entrada de Cortés jaleado por la sevillana y buen temple de la cantaora, muy segura en ese difícil cante (con problemas de micro que supo aguantar sobre la marcha) Momento mágico la manera en que Cortés aguanta atrás para reforzar el cante, no es fácil tocarle a Esperanza Fernández ya que su cante es igual de libre que ella. Y se fueron para Cádiz con unas alegrías que rematarían por bulerías de Cádiz, todo un cambio para demostrar que esta mujer se mueve bien por todos los cantes (aunque a mí me gustó más por solea que por alegrías) aprovechando que estaban en el Atlántico quisieron dar el salto con los cantes de ida y vuelta y nos propuso una Milonga y una Guajira. Aprovechó Miguel Ángel Cortés para recolocar el sonido de su guitarra (problemas de calor) con una introducción preciosa. Y empezó con la Milonga de Pepe Marchena Época del cometa. Para la guajira escogió Mi mulata que hiciese famosa entre otros Juanito Valderrama. Esperanza Fernández quiso decirla cantando más que cantarla, seguramente para sentirse más cercana a un público que la escuchaba con deleite y así lo reafirmaba con sus aplausos. Se va adelante sin micro para lanzarnos unos cabales. Tenía ganas de demostrar y sabía que podía hacerlo. Vuelve al cobijo de la guitarra para seguir por seguiriyas, Por los siete dolores, muy grande la cantaora con su grito gitano desgarrao y muy grande la guitarra recogiendo y sembrando, sabiendo estar atrás. Siguió la noche por tangos, dedicados a todas las mujeres ya que son tangos de Pastora y La Repompa de Málaga. Que Esperanza Fernández ha mezclado a su manera. Nos explicó que iba a sacar un nuevo disco, el cuarto en su carrera, con colaboraciones de lujo y quiso despedirse con unas bulerías dedicadas a otra mujer imprescindible y libre como ella. La Paquera de Jerez. De nuevo jugó a cantar delante y atrás y de nuevo Cortés echó mano de su imaginación para poder acompañarla. Una pareja con muchas tablas y con mucho porvenir, esperamos volver a escucharlos pronto. + info | relacionados | fotografías: Marina Tomás

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