Eliseo Parra | Contradición
Eliseo Parra
«Contradición» Karonte, 2011
Cada disco de Eliseo Parra es una celebración, un canto a la tradición, al saber popular reeditado y una sorpresa gustosa como el buen vino para nuestro paladar auditivo. Arriesgado, con ganas y brío renovado, con intención de sorprender y sorprenderse, nos llega este último trabajo de un artista “insupeninsular” que goza con la variedad y la diferencia de lo tradicional. Y si además, se le adereza con esencias propias de la fusión y del pop rock ochentero que él conoce bastante bien, la mezcla le otorga unos peldaños de mayor altura en su personal ascensión creativa y artística.
Contradición, un título para jugar a buscar significados, pone las cartas sobre la mesa desde el principio. La portada cuenta con una señora vestida de serrana tocando una guitarra eléctrica. Y el juego no queda solo en la imagen, ya que el álbum se inicia con dos auténticos golpetazos sonoros de buen gusto y aventura. Marianita se sumerge y fusiona con vientos, con esos sonidos de los ochenta propios casi propios del Rithm & Blues o del funky, dejando claro que aquí hay novedades, que Eliseo arriesga. El segundo corte, La Juliana, continua con el mismo espíritu, haciendo que toda la tradición de un tema asturiano se fusione en un final con verdadero blues rock oriundo de algún rincón entre Mississipi i Texas.
Con una banda que luce, con Eduardo Laguillo, Xavi Lozano o Aleix Tobías, entre otros, los temas se suceden con elementos que atraen al oyente: grallas y sonido catalán en un tema de la provincia de Segovia, Seguidillas de Ciudad Real en donde aparece un instrumento japonés, el bansouri; o un tema –La flor y la coliflor– cantado por un coro femenino (Las Piojas) de lo más verídico. También hay lugar para la rumba y para un tema balear en catalán: Tonada de sa son. Por último, uno de los cortes se convierte en la presentación lírica y vocal de los músicos participantes, como si se tratara de un auténtico concierto.
Eliseo Parra vuelve a crear con artesanía y lustre un sonido que renace de lo que ya conocemos, pero que no tenemos demasiado presente. Sin traicionar el espíritu tradicional, las canciones continúan siendo telúricas, terrenales, llenas de vida, historia y recuerdos. Eliseo coge la esencia y parece reconstruirla de forma sólida para relanzarla hacia las nuevas generaciones, para hacerlas perdurar. Si el saber popular de muchas culturas, originariamente se ha traspasado oralmente, Eliseo sigue con ese quehacer, con la misma determinación, con más cariño y con el atrevimiento propio del rock más travieso y bailongo. ¡¡¡Más por favor!!!
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