El pueblo contra Antonio Arias y Fernando Alfaro
Antic teatre, 19 de septiembre de 2019
En esta pequeña, pero entrañable sala de Barcelona cerraban esta curiosa gira que había llevado a lo largo de la geografía española a esta singular pareja. Los que no conozcáis a estos dos músicos, os pido que deis un vistazo en la web a Surfín Bichos y a Lagartija Nick y así me ahorro entrar en resúmenes históricos, el resto ya sabemos que estamos hablando de dos figuras indiscutibles de la música española desde el 88 hasta la actualidad. Ayudados en el guión por otro gran músico Miguel Ángel Blanca (Manos de topo) nos tenían preparadas dos horas de conversaciones de bar, armados con sendas guitarras y sus voces (grandes voces) afinadas cada vez mejor (al contrario que las guitarras) gracias a las cervezas que iban consumiendo. El escenario sólo eso, dos sillas, una mesa con cervezas y ganas de pasarlo bien. De alguna manera hay que romper el hielo y en este caso era una discusión. Antonio Arias dice conocer personalmente a Alfaro y este niega rotundamente que se hayan dado la mano o hayan compartido ningún momento especial, eso sí, seguro que se admiran mutuamente como músicos, pero de ahí a conocerse, nada de nada. La apuesta son 50 euros y tienen dos horas para resolver el dilema. Son dos personajes muy diferentes, Alfaro estaba en su papel de anti héroe, con ganas de hablar de Gente abollada, aun que el primer tema fue Efervescente (Hermanos carnales) RCA 1992. Arias ya iba dejando claro que había escogido el papel de segundo en cuánto a que no iba a contar demasiadas historias sino que gracias a su graciejo andaluz se iba a dedicar más al humor improvisado, paralelo o “para lelos” para cortitos que decía él. Se van a La curva de las cosas. “Su” 1995 Lagartija Nick y se dedica un rato a jugar con la palabra su. Ahora conduce Arias y Alfaro demuestra que ha hecho los deberes, acompañando y jugando con el tema como si lo hubiese tocado toda la vida. Alfaro sigue con un tema muy melancólico que le da poco juego a Arias. Arias confiesa que a él le cuesta más ese costumbrismo de explicar cosas de su entorno, es más “irreal” en sus letras, explican temas de afinadores en el móvil, hablan de afinar a Re, y juegan a afinar también las cervezas (según el líquido que tienen) para usar como slide. Alfaro aprovecha para explicar la historia del Asesinete, un poco larga pero que no tiene desperdicio, algo parecido a The Gift de la Velvet Undergraund pero en castizo de Albacete. Lo convirtieron en un blues de los que te dejan clavado en la silla. Oración del desierto Fotografo en el cielo, RCA 1991. Entonces se centraron en la colaboración de Lagartija Nick con Morente en el famoso Omega. El Europeo, 1996 Por supuesto ahí hubo tema largo, sobre el flamenco, Arias enseñó a Alfaro a tocar flamenco que es como el R & Roll, si este tiene tres notas el flamenco tiene una más, y filosóficamente también tiene una más. De ahí llegaron a los Beatles de Granada que eran guerrilleros. “A Franco lo tenían asustao”. Como era previsible llegó Leonard Cohen, empezó el debate de quién había traducido antes Hallelujah. Intentaron cantarla pero se perdieron en discusiones y lo dejaron de momento. De aquí a Los Planetas había un paso y a Los Evangelistas, y a Nirvana con la que estuvieron a punto de girar, los carteles ya estaban hechos y como hay gente que le dice a Alfaro que fue una noche mágica, el de Albacete harto de explicar que no se hizo, ya afirma que sí que fue genial. Y así durante dos horas. Necesitaría otras dos horas para explicar todo lo que pasó y tampoco es el caso. En general hubo más música de Alfaro (tiene más producción) pero Arias estuvo genial acompañando, otro momento excelente fue el tema Fuerte de Hermanos carnales, que fue el disco más comentado de Alfaro, mientras que de Arias fueron Omega y Val de Omar 1998 muy divertida la anécdota del caza talentos de la discográfica diciendo que se había inventado el personaje de Val de Omar. Ya para ir cerrando la noche, Camisa Hawaiana de fuerza, La vida es extraña y rara, 2011. Y por fin Hallelujah, Arias cantó como pocas veces lo he escuchado. Hasta se atrevió a meter la soleá de Enrique Morente a su manera. Y eso fue todo, dos horas exactas, que se repitan experiencias como esta es fundamental para la música en vivo. + info | relacionados | fotografías Dani Vasco