El Pele y Poveda.

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - El Pele y Poveda. El Pele y Poveda.
F de flamenco.

Palau de la Música
28 de enero del 2009.

Un Palau lleno para recibir dos de las mejores voces del flamenco actual, aparición teatral de Manuel Moreno Maya El Pele, con unas coplas cantadas bajando majestuoso las escaleras del escenario, hasta que llega a los micros y se acopla el sonido, primer error de la noche, segundo y último no presentar a los músicos. Por lo demás el cordobés estuvo a gusto, cantó muy bien por soleas, seguiriyas, bulerías a pelo,recreó Alfonsina y el mar, fue junto a unas maravillosas alegrías, las dos únicas ocasiones en que cantó temas de su último trabajo, 8 guitarras y un piano (Word music factory2008) y se despidió con un romance de la Reina Mercedes que no tenía que envidiar a las hermanas de Utrera, genial. En los cantes profundos estuvo enorme y derrochó una voz terrible de esos gitanos anarquistas que ya casi no quedan. Miguel Poveda se trajo a Chicuelo, (ambos han crecido mucho desde aquellos primeros años en que eran dos jóvenes promesas catalanas, en un flamenco instalado en Madrid), dos jerezanos a las palmas (con ese ritmo inigualable de las familiasde Jerez) y un joven percusionista de Sanlucar. Miguel Poveda jugaba en casa y estuvo sencillamente genial, cuando alguien canta una solea como lo hizo el de Badalona se puede permitir el lujo de homenajear a la copla, en La radio de mi madre, uno de los momentos en que se acercó a su último trabajo Tierra de calma (Discmedi 2006),también cuando cantó por tangos recogió las letras de Buenas intenciones,  quiso terminar su  parte con unas bulerías de fiesta, de lo mejorcito de la noche. Para terminar salieron los dos monstruos, y sin acompañamiento musical, El Pele cantó una Toná, que dejaba en el ambiente una sensación de que aquello rozaba lo sobrenatural, Miguel le respondió, con menos fuerza, pero con unas letras ingeniosas refiriéndose a El Pele, el cordobés se emocionó y el público se volcó en una ovación única, romántico como solo el flamenco puede serlo. // CandidoQuerol