El Pele (cante) Niño Seve (Guitarra)

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SFB El Dorado, Sandaru, 7 de febrero de 2019

Era para muchos lo mejor del mes y quizás del año, volver a escuchar al Pele y además en una sala pequeña, entre amigos, todo un lujo y por supuesto no defraudó. Hasta Pedro Barragán cambio sus hábitos de presentación y se limitó a decir que sobran las presentaciones con  El Pele, ¿qué más habría que decir? Lleva 50 años en los escenarios pero está pletórico de facultades, y aun que sigue echando mano de su agüita colorá estuvo muy profesional, divertido y cumplidor. En fin todo un lujo. Traía consigo  al joven Severiano Jiménez Flores, cordobés como él que ya a los 17 años fue premiado con el Bordón Minero del Festival de La Unión, guitarrista respetuoso con el cantaor y brillante en sus espacios. Salió lanzao El Pele con diferentes letras algunas de ellas del maestro Morente. Recuerdo que la última vez que lo escuché quiso acordarse sobre todo de Caracol, como explicó durante el concierto, acordarse de alguien para él  no es tratar de imitarlo o de hacerlo mejor, simplemente es que le viene a la mente ese cantaor y se identifica con ese cante. Por supuesto el estilo de El Pele es único e inconfundible, sobre todo por la fuerza de su voz que le permite alargar los cantes, jugar con ellos y arriesgar tonalidades como le da la gana, más de una vez en el concierto me hizo pensar en Van Morrison (otra voz inconfundible, aunque de carácter más agrio) . Siguieron por soleá, la tragedia planeaba por la sala, recordaba en el primer tercio aquel Rincón de los amargos que había grabado con su compadre Vicente Amigo en Canto BMG, 2003 pero pronto El Pele, manteniendo el estilo se pasó a letras por bulerías (estaba más cerca del cachondeo que de la tragedia) para eso existen las bulerías por soleá. Anunció que seguiría por Seguiriyas, advirtiendo que Cuándo uno canta por seguiriyas debe saber que una parte del corazón se va a ir con el cante, quizás no les parezcan seguiriyas porque son un poco raras, pero lo  son de verdad. La guitarra disfrutando de sus espacios, El Pele tomándose todo el tiempo que necesita entre tercio y tercio, sin prisas, la voz desgarradora y el público en una burbuja dónde el tiempo y el espacio desaparecen, sólo los gestos del cantaor y los giros inesperados que hacen el cante grande. Pero el cordobés tenía el alma alegre y decidió seguir por alegrías, jugo con los tirititi como le dio la gana pero acabó recogiendo las alegrías de aquel Avante Claro BMG, 1995 (si no lo has escuchado deberías remediarlo ya) Nos pide que escojamos el siguiente palo, pero que no pidamos 40 cosas diferentes, el público muy obediente se decanta por los fandangos, El Pele vuelve a probar a cantar sin micro como ya había hecho al principio, la voz está entera y el fandango trasmite lo que el público quería, pero ya se huele el final, ha sido un concierto corto pero intenso, para mí suficiente, pero él sabe que debe volver a salir y darle al público otra petición que también se había escuchado antes, El Pañuelillo, aquellas sevillanas que había grabado también en Canto, manteniendo el pegadizo ritmo de la sevillana, pero aportando en la letra ese estilo tan poético de Vicente Amigo autor de letra y música. A la salida de la sala, sonrisas y abrazos, una felicidad enorme y la certeza de que después de esto un servidor va a estar 3 o 4 días escuchando sólo al Pele. Muy grande. + info | relacionados | Fotos: Joan Cortès

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