Dale Watson

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Dale WatsonDale Watson
“From the cradle to the grave”
Hyena Records, 2007

www.hyenarecords.com/dalewatson

 El mundo del country es un territorio de talante muy conservador, en el que reza la máxima de “Quien se mueva no sale en la foto”. Un mundo jerarquizado, en el que los roles, los contenidos, los pobladores activos (músicos) y los pasivos (público), usos, costumbres, oligarquías, e incluso con una capital (Nasville), todo delimitado y de conocimiento universal. Sin embargo, como en todos los imperios pasados y presentes en ese territorio hay siempre pequeñas aldeas de galos irreductibles, forajidos – outlaws  que se mantienen al margen del sistema por voluntad propia. En esas pequeñas islas la música es menos encorsetada y por encima de todo, las letras son mucho más combativas y punzantes, aproximándose mucho más a la beligerancia del folk clásico que al acomodaticio country. Dale Watson vive en uno de esos territorios itinerantes desde hace años, antes incluso de su personal declaración de principios en su primer trabajo de larga duración, Cheatin’ Heart Attack (Hightone, 1995), aclamado como una sola voz por la crítica del género. Visto que estos especímenes son minoría, acostumbran a tejer una red de solidaridad y admiración mutua entre ellos y aquí aparece la motivación y el contenido del último trabajo de nuestro protagonista. Un CD en el que se homenajea al enorme Johnny Cash, paradigma de los fuera de la ley, en el tono de las composiciones, en las letras, en el sonido, en las inflexiones vocales, su presencia es constante como el mismo autor reconoce en diversas entrevistas. Para dejar clara la intención, Dale Watson ha grabado los temas que conforman la obra en un estudio que fue del propio  Hombre de Negro. Diez cortes suman este breve trabajo cuya duración recuerda los tiempos gloriosos de los vinilos. Temas directos, de gran belleza armónica, con textos variados e interesantes desde la épica de Justice for All, o el homenaje al maestro en Hollywood Hillbilly, hasta una especie de oda a la silla eléctrica en Yellow Mama.

 El espíritu inconformista del autor tiene una muestra clara en su insistencia en denominar su estilo musical como Ameripolitan, queriendo abarcar, con el nombre, una definición del origen de sus inquietudes y del público a quien quiere dirigir sú música. Parándose un poco a pensar, el término parece bastante acertado, de todas maneras para legos en la materia, si hay que definir con una palabra el tipo de música que contiene el trabajo, se trata, sin ningún género de dudas, de country, aunque el amigo Watson en la portada se sitúe delante de una lápida que pretende certificar la muerte de la country music. // Antonio Gázquez