Dr. John & the Lower 911

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Dr. John & the Lower 911 Dr. John & the Lower 911
Lighthouse Music

L’Auditori, Barcelona
12 de Julio del 2010

Hacía mucho tiempo que no asistía a un show, voy regularmente a conciertos, recitales, fiestas, pero los shows no es lo mío, por supuesto que lo que ofrece Malcolm John "Mac" Rebennack, Jr, Dr John para abreviar, es un show intimo, no se trata de los montajes de grandes espacios con efectos especiales y coreografías deslumbrantes, no es eso, pero sí que te da la sensación desde el principio que lo que ocurra esta noche debe ajustarse a unos cánones que ya han probado su efectividad en otros escenarios del mundo. Empezó John Fohl a la guitarra y repasó desde dixieland a blues, pasando por r&b, o country, de todo le dio tiempo en su recital, ya que lo que parecía una pequeña introducción se convirtió en toda una primera parte (un telonero sin anunciarse) parte del público lo vivimos como una intromisión, no por que el guitarrista no fuese bueno, sino por la sorpresa de esperar toda una primera parte lo que no sucedió. Reajuste de instrumental y por fin toda la banda en escena. ¿Que necesita un show? Animadores, Herman Ernest III desde la batería parecía que iba a asumir el papel, inmensa batería para defender una propuesta rítmica no demasiado compleja. No sé si recuerdas la escena de Bird, Clint Eastwood 1988, cuándo Forest Whitaker (Chalie Parker, en la ficción) entra en un concierto de R&B y al ver a la gente tan exaltada, dice, ¿Qué les pasa? Si está tocando simplemente en Si bemol (escala sencilla). A veces en los shows pasa eso. Al bajo David Barand, un buen músico y una gran voz, en los momentos en que secundaba al jefe, toda la espiritualidad de Nueva Orleans se te venía encima, de lo mejor de la noche. A la guitarra nuestro hombre de la primera parte, Johm Fohl, y en medio de todo el escenario, encajonado entre un piano de cola y un doble órgano (incrustado en un mueble muy curioso con calavera incluida) estaba nuestro hombre, Dr John, a sus 69 años ha pasado por muchas etapas y no es momento de reconstruirlas, la voz diría que está en un excelente momento, los temas no pueden defraudarte. No es el sureño hombre de éxitos radiofónicos, pero conoce muy bien su oficio y si fue capaz de crear Gumbo en el 72 y In a sentimental mood en el 89, creo que la historia no debe pedirle mucho mas, defiende sus temas o los de otros, no le importa, sabe que no es un excéntrico como su amigo Screamin Jay Hawkins, pero tampoco es un blanquito moderno, le encanta lucir sus rarezas, botas y atuendos de sudista convencido, pero afortunadamente sigue basando su show en las canciones  y no en los adornos. En un par de ocasiones se levantó y cogió la guitarra. Impresionante, tranquilo como el que no quiere la cosa, cuándo jugaba con los dos teclados igual, sencillo, sabiendo lo que se trae entre manos. Un show, eso es lo que mucha gente agradece para después de cenar. Creo que era por el 87 (todavía estaba el muro)  que lo escuché en un concierto en una iglesia de Berlín, creo recordar que estaba el solo al piano, creo recordar que me emocioné. wwwdrjohm.org relacionados // Candido Querol