Celso Fonseca y Ronaldo Bastos
Celso Fonseca y Ronaldo Bastos
“Liebe Paradiso” Dubas Musica. 2013
Las colaboraciones entre el cantante Celso Fonseca y el letrista y productor Ronaldo Bastos empezaron en el 1994 con el disco Sorte. Su segundo trabajo conjunto fue Paradiso, en el 1997, que creo todo un estilo de producción, pues cuando alguien quería un sonido delicado y atractivo, pedía a los técnicos un som paradiso. La colaboraciones de ambos han continuado en el tiempo, y entre conversaciones y proyectos, un día decidieron hacer algo nada frecuente: regrabar su segundo disco, prácticamente sin quitar nada, solo añadiendo y, en algún caso, haciendo puntuales substituciones. Y así nace la revisión de un disco trece años después, y no me confundo, porque el proceso que dio como resultado Liebe Paradiso, duró más de tres años. Un proceso complejo, donde se separaron las pistas de cada uno de los temas, para añadir, o substituir, si ese era el caso, algunas de sus partes. Y empezaron las colaboraciones.
Parece que en la actualidad, un disco no es serio si no cuenta con una serie de colaboradores, que, según aumenta el número, ha de mejorar el resultado. Dos cosas: Primero, que esto que acabo de decir es una exageración que poco tiene que ver con la realidad, aunque sí que es cierto que se ha perdido, parece, un poco el miedo a incluir a otros músicos en los trabajos de uno mismo, posiblemente también por los cambios obligados en la industria discográfica y el que muchos artistas no tengan esos lazos, a veces, draconianos, que les unían a sus productoras. Segundo, que alabamos a todos aquellos que pensaron que la unión de muchos talentos en un proyecto lo enriquece más allá de la suma que produce esta colaboración, dando ocasión a momentos memorables en muchas grabaciones. Pero como nos decía hace un tiempo Antonio Zambujo, uno de los cantantes más promiscuo en este sentido: “Las colaboraciones[…] han de tener sentido, […] nunca haría una colaboración por ser comercialmente buena”. Y más sentido que en Liebe Paradiso no pueden tener, porque lo que se ha buscado ha sido enriquecer el resultado, no colocar simplemente unos nombres atractivos para el comprador, sin venir realmente a cuento. Aquí se ha cuidado tanto a los artistas a los que se ha llamado, como el porqué de cada una de sus intervenciones.
Producido por el carioca Duda Mello y por el uruguayo Leonel Pareda, con la dirección artística del propio Ronaldo Bastos, a un trabajo que fuera muy perfeccionista, con músicos excelentes, se le ha querido dotar de una mayor carga emocional, que quizá ellos consideraban que no tenía. Y eso se percibe desde el primer tema, Paradiso, con la trompeta del desaparecido Márcio Montarroyos, introduciendo la canción, introducciones diversas que con música, como en este caso, o con sonidos, incluso grabados en la calle, muchos de ellos en Berlín, forman parte de cada tema. Aquí, igual que en el original, es el propio Celso Fonseca quien canta, aunque de forma muy distinta, tanto en el tono como en el ritmo. Finaliza la canción con el recitado de una poesía de Goethe.
Le sigue Flor da noite donde reina absolutamente Nana Caymmi, aquí sí substituyendo la voz del cantante que sonaba en la versión del 1997. Un tema que parece hecho para ella, con un inspiradísimo Sacha Amback a cargo de las orquestaciones sintetizadas. Candeeiro, con una introducción de sonidos selváticos, es otro de los temas cantados por Celso Fonseca, para muchos la interpretación más inspirada del músico, siendo muy similar a la versión primitiva.
Quanto tempo/ Minos/ Vento azul, son tres temas, el primero y el último pertenecientes al Paradiso del 97, que cantara Milton Nascimento en su momento, el único gran invitado que repite trece años después. Otra versión que ha cambiado relativamente poco, si exceptuamos el poema final que recita Antonio Cicero, su autor.
Ahora es otro invitado, Paulo Miklos, quien canta Você não sacou, con una tendencia rockera que utiliza para arremeter verbalmente contra aquella que le dejó.
Out of the blues está escrito como un homenaje a Dorival Caymmi, con un ritmo de elegante blues, como indica el título y con la incursión de Jota Moraes al vibráfono acompañando la voz de Celso Fonseca.
Dos mitos de la MPB se encuentran en este Ela vai pro mar, Marcos Valle y su fender rhodes y la voz de Luiz Melodia. Una bossa clásica, que está entre lo mejor del disco, transpirando esa sabiduría que, además de la calidad, da la experiencia. Un lujo.
Y si en el tema anterior hablábamos de dos mitos de siempre, en O tempo não passou el nivel no baja, ni mucho menos, pues junto a Adriana Calcanhotto, con esa voz característica y esa forma de interpretar absolutamente personal, encontramos también a su estrecho colaborador Domenico Lancellotti, que nos hablan de la solidad y la saudade. Composición rescatada del primer cedé de Ronaldo Bastos y Celso Fonseca, Sorte. Un tema que, como es habitual, la cantante se lo apropia de forma maravillosa.
Denise Bandeira es un homenaje a la actriz y guionista brasileña de ese nombre. Una samba, en su origen, que mantiene el ritmo y la voz de Celso Fonseca, pero que se ha nutrido de las posibilidades que la nueva instrumentación le ha brindado. Sandra de Sá es otra de las grandes intérpretes que interviene en el trabajo, en este caso con el tema Polaroids, con una interpretación que nos recuerda a las músicas de baile que reinaban en las pistas en los setenta, mientras habla en la canción de las despedida a sus referencias.
Alma de Pierrô es una melodía que canta Celso Fonseca con el apoyo instrumental de dos intérpretes extraordinarios: el mítico Jacques Morelebaum omnipresente en todas las aventuras más carismáticas de la MPB, y Kassim, una referencia fundamental entre los músicos de las nuevas tongadas brasileñas, pasando así de lo que fuera una balada acústica, a un tema mejorado por la orquestación que se incluye aquí.
Y acaba el disco con esta A thing of beauty/ Juventude, el otro tema, junto al interpretado por Adriana Calcanhotto, que no estaba presente en el Paradiso original. Basado en un poema de John Keats, con Celso Fonseca interpretándolo en inglés, acompañado de su guitarra y el inspiradísimo piano de João Donato, y con la única intervención sonora de Ronaldo Bastos en el disco, recitando un fragmento del poema junto al cantante. Un final dulce, casi como un buenas noches, para despedir este trabajo, relectura de un disco anterior, que estos dos autores han querido volver a visitar para, de alguna forma, insuflarle esa intensidad emocional que, pensaban, no le habían dado en su momento. Sin espacio entre los temas, está compuesto como una unidad que, recomendamos escuchar con un sonido fiel para poder apreciar todas las sutilezas que la grabación incorpora. Desde su estancia en Berlín les ha llegado la inspiración para bautizar su disco con el añadido de la palabra Liebe, amor, pero no es tanto en su acepción romántica que se ha de interpretar, sino en el de un amor de visionario, de poeta, de loco, un amor relacionado con la creación artística como lo atestigua la inclusión intencionada de las poesías de Johann Wolfgang von Goethe y de John Keats. Un trabajo que los autores dedican a Antonio Carlos Jobim, a Stella y Dorival Caymmi, a Jonhnny Alf, Ramiro Mussoto y Márcio Montarroyos, todos ellos implicados en vida en ese proceso de creación artística que ellos aman. + Info | Relacionados | Escucha el programa | Federico Francesch | DESAFINADO RADIO