Cante X Guitarra
C. A. Tradicionàrius. 30 Ciutat Flamenco. 22 del 10 del 2023
Una idea genial la de programar tres guitarristas en un solo espectáculo. No por el hecho de ver tres dúos de una sola tacada (que podía haber sido abusivo) sino porque la combinación de estos tres maestros nos mostró tres maneras diferentes de entender la guitarra en el flamenco. Presentaban Luis Cabrera y David Leiva. Leiva además de director artístico de este Ciutat Flamenco (que ya cumple 30 años) es guitarrista y sabía lo que hacía al proponer estos tres nombres. Juan Ramón Caro, José Luís Montón y Pedro Sierra. La “anécdota” era que los tres son músicos nacidos en Cataluña, pero lo que de verdad importaba era sus diferentes maneras de “acercarnos” al flamenco.
Caro venía acompañado de su pareja artística y sentimental, Antonia Contreras. En este primer tercio la guitarra tenía clara que su función era trabajar para la cantaora, por supuesto que tuvo sus momentos de lucimiento, pero Caro mostró cómo debe acompañarse al cante. Empezaron con farrucas, siguieron con bamberas (que termino en romance) Cantó Contreras unas malagueñas de su tierra que termino, cómo no, en unos abandolaos. Y la pareja, como no podía ser de otra forma, sonó muy compenetrada. Se quedó solo Caro, y nos ofreció una bonita guajira que quiso dedicar a los otros dos guitarristas. El sonido excelente y los aires cubanos endulzaban la sala del Tradicionàrius que no presentaba un lleno total, pero suficiente para que el festival siga defendiéndose entre tanta competencia “musical”.
Después del solo de guitarra Antonia Contreras dió un buen repaso a diferentes cantes, soleá apolá, tangos y cerró por seguiriya con cambio a bulería. (Gracias al maestro Caro por su apunte) servidor no puede hilar tan fino. No llegaron a 50’ pero dejaron un buen sabor de boca. La cosa prometía.
El segundo dúo era Inma La Carbonera al cante y José Luís Montón a la guitarra. Montón estuvo no hace demasiado tocando en solitario y demostrando lo bien que se desenvuelve tanto en la guitarra clásica como en la flamenca. Para mí era toda una incógnita que repertorio traería. Empezó con unos acordes repetidos, sencillos pero bonitos, creando un manto suave pero que no daba pistas, hasta que La Carbonera arrancó con “na te debo, na te pido,,, Vaya sorpresa La bien pagá en medio de unos juegos de guitarra que nadie esperaría. Inma la Carbonera se crio en Las tres mil de Sevilla (con todo lo que supone) y como las grandes divas del jazz sus inicios fueron en los coros de la Iglesia que junto con el ambiente flamenco de casa forjó este estilo tan particular de la cantaora. Casi 10 minutos de Bien pagá, mientras que Montón sigue con sus acompañamientos “sui generis”. Arrancó la cantaora con unas alegrías de Córdoba, que por la letra podemos identificar, porque Montón está dejando claro que no ha venido a hacer un concierto de flamenco tradicional, es más se ha puesto a cantar a dúo con La carbonera y es un placer escucharlos. Se lía Montón con lo que parecen seguidillas (muy rápidas) y vuelve a sorprendernos las letras escogidas, La sombra del paraíso (Vicente Alexandre) se mezcla con facilidad con letras de Marchena y rítmicamente se va hasta Cuba ¡Esta pareja está dispuesta a llevarnos por dónde quieran! En el público las sonrisas cómplices hablan de sensibilidad y dulzura. Introducciones de 3 o 4 minutos y ninguna pista de por dónde entrará, en este caso La tarara Lorquiana, vamos de sorpresa en sorpresa. Explicó Montón que en una ocasión Mayte Martín había dicho que para José Luís Montón “el flamenco era una excusa para mostrar su mundo interior” Y la verdad es que lo clavo. Quiso dedicar a continuación un valsecito francés titulado La fiesta del amor a su mujer que estaba entre el público. Un tema precioso que vuelve a demostrar que sensibilidades como la de Montón, la de Saluzzi o la de Vinicius no tienen que ceñirse a ninguna frontera ni musical ni terrestre. Una composición de las que te dejan “tocadito”. Estaba divertido Montón y a continuación quiso fantasear nada menos que con el Himno de la Alegría de Beethoven.
Y llegaba la tercera sorpresa de la noche. A Pedro Sierra creo que no lo teníamos por aquí desde el 2014 que lo trajo la SFB El Dorado. Y eso es un error. Por lo que pudimos comprobar está en un momento increíble. Le acompañaba Juana Riba Salazar “La Tobala”, compañera artística y también sentimental. Cantaora sevillana, pero de origen extremeño que conoce bien los cantes de ambas tierras.
Empezó Sierra con una introducción preciosa de seis minutos, con la elegancia física de un David Bowie, un sonido increíble y unas manos que volaban por la guitarra, me hechizó desde un principio. Salió La Tobala y arrancó por aquellas letras que cantaba por tarantas Carmen Linares, en aquel disco en que le acompañaba Pedro Sierra y Paco Cortés. La luna en el río AUVIDIS, 1991. Si Caro había acompañado al cante (a la perfección) Montón había jugado con la música dejando libertad absoluta para las letras que cantaba La Carbonera, Sierra iba a asombrarnos con el manejo de su guitarra, sin dejar en ningún momento de “acompañar” al cante pero yendo un paso más allá en los soliloquios con su instrumento.
Siguieron por tientos, mucho espacio para la guitarra, hay momentos en que parece desdoblar el sonido (una maravilla) La Tobala iba engarzando letras muy conocidas de diferentes poetas, con gran seguridad, pero el verdadero embrujo estaba en la guitarra. El público lo advirtió enseguida y jaleaba el nombre de Pedro. Terminaban el tercio por tangos.
Arrancaba Sierra en solitario por solea y se tiraba diez o doce minutos de “concertista” con trinos fabulosos, momentos de locura rítmica y momentos de respeto al toque como si simplemente acompañase al cante, volviendo a arrancar aplausos y oles.
Y llegaban toques festeros, por alegrías, La Tobala, se explayaba ahora y ponía toda la emoción en esas letras picarescas típicas de Cádiz, Serra le dejaba hacer manteniéndose ahora en segundo plano. Por supuesto, incluso en ese segundo plano, los juegos malabares y la imaginación me seguían atrapando. Pero esas letras sevillanas de La Maestranza le permitían a La Tobala crecerse y atraparnos con su energía.
Anunció La Tobala que iban a hacer una buleria que hacía Pansequito (fallecido en febrero de este 2023) y dedicársela al maestro de La Línea de la Concepción. La verdad es que no conocía esta canción y me atrapó totalmente, que bien cantó La Tobala, aguantando el grito, dominando la emoción y explotando poco a poco como solo las grandes voces saben hacer. Era un cierre fenómeno, pero todavía quisieron despedirse por esos tangos extremeños que tan bien conoce La Tobala, y dónde Sierra volvió a meter toda su energía que es mucha. Tres horas que se pasaron volando gracias a saber programar tres espectáculos respetuosos con el flamenco pero originales en su identidad. + info | relacionados | Fotos Joan Cortès