Bugge Wesseltoft ok World Ensemble
Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona
Teatre Joventud, L’Hospitalet. 8 de noviembre de 2013
Aun que estaba dentro de la programación del festival de jazz, el pianista noruego Bugge Wesseltoft ya dejaba claro en el título del proyecto, que su apuesta iba hacia las músicas del mundo y no específicamente al swing de Nueva Orleans, ni por supuesto al big bop.
Descubrí a este pianista hace años en un disco del tunecino Dhaffer Youssef, con quien ha vuelto a relacionarse esporádicamente. Volví a encontrar su original sonido en el disco de Josemi Carmona Las pequeñas cosa, Universal Music, 2011. Ahora la propuesta que presentaba en el teatro de L’Hospitalet, estaba ya más que rodada, fue un encargo del Festival de Jazz de Oslo y se les notaba seguros en escena. Se trata de un septeto de lo más complejo, empezaron con un tema relativamente corto, para calentar motores y después fueron presentando sus armas. El primero en demostrar sus habilidades fue el bajista inglés Shri Sriram, dejó maravillados a todos con su juego de percusiones golpeando con la derecha sobre las cuerdas del bajo eléctrico mientras mantenía una línea de bajo muy intensa, todo un fenómeno. Durante el concierto iría intercalando el bajo con la flauta. El siguiente en lucirse fue Vivek Rajgopalan, el hindú empezó fuerte usando las dos manos para dos registros muy diferentes y como todos los demás (la tónica general de la noche fue esa), empezaba con una demostración del folklore de su país y después dejaba paso al resto del grupo que se acoplaban perfectamente al sonido propuesto. Era el turno de Bugge Wesseltoft, y sacó toda la artillería, el piano se encontró acompañado no solo por el pc de turno sino por una tablet con la que consiguió sonidos que incluso los compañeros de aventura miraban sorprendidos. Era la primera vez que veía usar la tablet en un concierto, bien venidas sean las nuevas tecnologías. Atacó el libanés Khaled Yassine, dejando los perfumes del mediterráneo esparcidos por toda la sala. Viendo como el mozambiqueño Amade Cossa acercaba los micros hacía los tambores del extremo, era fácil adivinar que la descarga sería terrible, así fue, en un trote incansable la furia africana se levantó enorme sobre un público que disfrutaba de lo lindo. Para cerrar la serie le tocaba el turno a Josemi Carmona, con un sonido muy limpio de su guitarra, se gano al público de inmediato, está claro que a partir del gran Paco de Lucía la guitarra flamenca es aceptada sin complejos en cualquier reunión de músicas del mundo y en el caso de Carmona, no tiene ningún problema en proponer esquemas que el resto del septeto puedan seguir y disfrutar. Todavía habría ocasión para dúos de piano y guitarra, o de bajo y guitarra y sobre todo para saborea como las percusiones del Líbano, India y Mozambique, ofrecían durante casi dos horas una alfombra estupenda donde ir entrelazando experiencias musicales y poéticas. + info I relacionados I Candido Querol