Brodsky Quartet

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Brodsky QuartetBrodsky Quartet
”Moodswings”
Brodsky Records / Diverdi

Tras más de medio centenar de grabaciones desde su fundación en 1972, ya iba siendo hora de que el cuarteto dedicara un disco entero a sus colaboraciones vocales, desde aquel hito que significó el disco The Juliet Letters (Wea, 1993). Precisamente abre y cierra Elvis Costello con dos cortes fastuosamente rítmicos y con ligeras disonancias experimentales. Se incluyen también intervenciones de Ron Sexsmith, Sting (con un sedoso Until de estilo coleporteriano), una antigua nana de Meredith Monk y una revisión del tema Dancing in the dark de Björk. En los arreglos para obra ajena no pasan desapercibidas las influencias del repertorio propio del cuarteto: los lieder de Schubert, los cuartetos de Britten y Shostakovich, incluso Schoenberg, Glass o Elfman. Las revisitaciones de cuarteto clásico por parte del pop no son algo nuevo: ahí están Eleanor Rigby de The Beatles y la colaboración de la formación Hollywood Quartet con Sinatra como ejemplos históricos. Pero es el crooner del género pop a quien mejor le pegan las cuerdas, como demuestra Rodney Bennett y esa desgarrada canción de Errollyn Wallen en la que un resignado Dédalo llora por la muerte de su hijo, a quien le diera las alas para que volara libre. Moodswings no es una mera compilación de canciones recicladas porque incluye media docena de encargos a alumnos de varias escuelas británicas que firman algunas de las más alucinantes y excéntricas piezas de este disco –a destacar la acojonante When darkness comes de Emma Tillyer y la renacentista Shallow footsteps de Emma Ludlow, aquí cantada por Sophie Grimmer–. Ágiles, emocionantes y sorprendentes, como siempre, los cuatro de Brodsky. // Iván Sánchez Moreno