Bill Frisell Quartet
48 Voll Damm Festival de Jazz de Barcelona.
Barts, 28 de octubre de 2016
Hacía mucho tiempo que no escuchaba en directo a Frisell y como siempre resultó una apuesta segura. Presentaban When you wish upon a star, un disco del 2005, en el que Frisell versiona algunas de las músicas de las películas que le han acompañado a lo largo de su vida. Empezaron con Moon River, fue el primer tema, y casualmente la semana anterior la habían versionado Colina, Carmona y Bandolero en el SFB El Dorado, curiosidades del espectro musical. A Frisell se le da bien poner música a las imágenes, los que conocéis la obra del guitarrista ya lo sabéis, pero sobre todo se le da bien tocar para que el público imagine. Con Petra Haden a la voz, Thomas Morgan al contrabajo y Rudy Royston a la batería el guitarrista dio un repaso al disco en cuestión atrapando con facilidad a un público fiel que sabía a lo que venía. Todo el concierto tuvo para mí un doble juego, por un lado la voz de Petra Haden intentando traernos el recuerdo de las canciones que buscan en la memoria musical de cada uno, le puso ganas e intentó sin mucho éxito convencer al público para que tararease las melodías propuestas, quizás nuestras melodías cinematográficas no son las mismas que las de los norteamericanos (eche en falta Bonanza, ahí sí que me hubiese identificado) por otra parte, la música de Frisell y la sección rítmica. Yo me quedó con esta segunda parte, cada vez que la cantante los dejaba solos, el trío se dedicaba a construir una música que no necesitaba recurrir a ninguna imagen, parecía que la estuviesen creando para la ocasión. Frisell sigue siendo un investigador nato, le gusta seguir jugando con sus pedales, le emociona trabajar con gente joven que quizás no tengas los mismos recuerdos que él pero sí que entienden la música que les propone. Cuándo se daba cuenta que Morgan y Reyston estaban entendiéndose perfectamente, no dudaba en retirarse y mirarlos trabajar. Bill Frisell es un músico al que la historia (si es justa) lo considerará como uno de los músicos norteamericanos más importantes de esta época en que vivimos, pero dudo mucho que lo clasifique como músico de jazz, sino como compositor de música popular. Cuándo lo escuchaba tocar en Barts, me daba la sensación que aparte de trabajar sobre estructuras sonoras creadas con fines determinados, lo que está haciendo siempre es buscar sonidos sencillos con su guitarra para poder transmitir al oyente algunas curiosidades de su país, de repente he recordado como sonaba Farewell to Cheyenne y creo que se equivocaba Petra Haden en intentar que la cantásemos, a su padre no se le hubiese ocurrido. Otro que al igual que Frisell nunca se preocupó de saber si hacía jazz o defendía los valores de la república española. Esta generación de músicos Bill Frisell, Charlie Haden, Marc Ribot, Joey Baron, Don Byron, Vinicius Cantuaria o toda la plana mayor de los Jazz Passangers no los podemos encasillar en la etiqueta de jazz, no es justo. No conocía a Rudy Royston, me pareció un batería ideal para el proyecto que presentaban, toque discreto, sin florituras, sin solos terroríficos y atento a la posibilidad de participar en dúos improvisados, tanto con Frisell como con Morgan, a este no recuerdo si lo escuché en Terrassa, aun que formaba parte del cuarteto de Abercrombie creo recordar que en esta ocasión le sustituyo Marc Johnson. Bueno la cuestión es que en Barts me pareció un contrabajista muy elegante, ideal para buscar espacios en la música, pausado, trabajando muy bien abajo del mástil y con un sonido muy limpio. Hubo un tema, una especie de suite en la que empalmaron como tres partes, creo que eran Once Upon a Time in the west, As a judgement y Farewell to Cheyenne, las empalmaban jugando con los pedales de la guitarra de Frisell pero me daba la sensación que el enlace lo conseguía Morgan tanto con sus acordes como con sus silencios. Pues eso, una noche mágica de las que te dejan un muy buen sabor de boca. + info | relacionados | Candido Querol.