Belmondo – Yusef Lateef

Belmondo – Yusef Lateef
”Influence”
BFlat Recordings

Yusef Lateef (Chatanooga, Estados Unidos, 1920) es un soplador nato: saxofones y flautas de todo tipo se amoldan a su musicalidad, si bien es cierto que durante muchos años podía reflejar un cierto acercamiento a la world music (término que en aquel entonces no existía) debido a sus sonidos africanos, sobre todo con la flauta. Los hermanos Belmondo (Lionel, saxofones, y Stéphane, trompeta) son dos músicos franceses que se mueven en ese territorio tan atractivo que es el llamado jazz europeo (por sus acercamientos a conceptos más contemporáneos frente a los sonidos afro-americanos). La banda está formada por músicos franceses que secundan el proyecto con una calidad apabullante, destacando el pianista Laurent Fickelson, que entreteje entre los diferentes vientos una sólida estructura en la que se apoyan los demás músicos. Influence es un doble compacto que bien se podría decir que son dos proyectos distintos. En el primer disco las composiciones son de Lionel Belmondo y de Christophe dal Sasso, música dulce y exquisita en la que Lateef luce sus habilidades con la flauta y con la que nos relajamos ante unos temas bien construidos. El segundo disco se nutre de las composiciones de Yusef Lateef. Empieza con un vibrante An afternoon in Chatanooga, pero es el segundo tema, una suite de cuatro partes, el que para mí concentra todo el potencial de este trabajo. Compuesta por Latef y arreglada por Lionel Belmondo y, de nuevo, Chirstophe del Sasso, nos descarga casi cuarenta minutos de una música sin fronteras ni apellidos (qué cerca se encuentra de mi admirada Maria Schneider). Los vientos se relevan, la trompeta de Stéphane Belmondo en la cuarta parte de la suite parece que va a perforar el cielo, hay momentos en los que nueve músicos soplan con todas sus sutilezas… Al final, en El  jardin, las percusiones de Dre Pallemaertes nos devuelven la brisa africana y los vientos siguen y siguen levantando detalles hasta donde el oyente quiera llegar. Palabras mayores. // Cándido Querol