Banda Inaudita
“Canciones inauditas”
Vela Records, 2007
En Dos (Vela Records, 2004) aún eran tres. Por el camino “se apeó” Santiago Puente –relegado aquí al papel de “colaborador”–. Y si ya en su anterior trabajo se atrevieron con alguna pieza cantada, ahora tan sólo incluyen dos instrumentales. Atrás quedan, también, las voces de Beatrice Binotti y Patricia Sáez. Banda Inaudita se ha convertido a estas alturas en el proyecto personal de Juan Pablo Zielinsky, polifacético multiinstrumentista curtido en todo tipo de escenarios –como músico de sesión para espectáculos de Dagoll Dagom, Javier Alvarez, Sara Baras, Antonio Canales y Joaquín Cortes, por ejemplo–, amén de otros encargos para cine y teatro. Ahora, además de componer y producir lo canta todo. Si en lo musical, su sonido se parece cada vez más a los añorados Penguin Café Orchestra –guardando las distancias–, en lo lírico la cosa roza lo naïf, con letras que versan sobre el narcisismo onanista (Juego al yo-yo), los juegos de cama (A ver), la inquisión anti-tabaco (Fuma que te fuma), la especulación inmobiliaria (Poco queda poco), la contaminación acústica (La bocina del camión) y la física cuántica (Quark). El crítico Jam Albarracín definió a Banda Inaudita como grupo de “pop de cámara”, y no le falta razón. La suya es música de raíces mediterráneas culta –porque la integran sobre todo guitarra, clarinetes y violín– y agradablemente simpática, de aires cinematográficos. Lounge, jazz, swing, son, bossa, bolero y bulería son algunos de los géneros que combinan con un estilo que ya han hecho propio el dúo Zielinsky-Villa, aunque esto de cantar les venga algo grande. // Iván Sánchez Moreno