Amadou & Mariam
Amadou & Mariam
"Welcome to Mali"
Because Music / Warner Music International, 2008
Amadou Bagayoko y Mariam Doumbia parecen haberle cogido gustillo a eso de rodearse de un nutrido elenco de colaboradores. Su mano a mano con el ubicuo Manu Chao en Dimanche á Bamako (2006) enriqueció en cierta forma su paleta estilística. Aunque a decir verdad la balanza se decantó más hacia el lado del músico francés, algo que se notaba en la dirección que tomaban los arreglos de las canciones. No obstante les permitió captar otro tipo de público más variado que el de los círculos de la world music. En esta ocasión otro ilustre como Damon Albarn, quién fuera líder de los británicos Blur, les echa un cable y colabora con el bajo y los teclados en Sabali, el tema con el que se abre este disco. No extraña que se encuentre invitado al ágape, pues es de sobra conocida la pasión de la estrella británica por los sonidos africanos. Como demuestra el disco antológico que recopiló hace unos años bajo el nombre de Mali music. Es un inicio que desconcierta por el tono pop en el que se ve envuelta la canción. Pero no nos engañemos, las señas de identidad que la pareja de músicos invidentes malis forjaron en discos como Tjé ni mousso o Wati permanecen inalterables cuando escuchamos Ce n´est pas bon, un certero dardo contra la hipocresía de los gobiernos. También acusan su inconfundible sello Magossa o Djama, donde las melodías propias del imperio mandinga flotan placidamente sobre las insinuantes texturas con fondo occidental, que apenas se insinuan timidamente. La gracil kora de Toumani Diabaté hace su aparición en Djuru, una de las joyas más preciadas de este álbum. Je te kiffle, con unas efectivas guitarras de blues saheliano, cuenta con otro invitado, en este caso el francés Juan Rozoff, al que algunos críticos tildan como el Prince galo. Uno de los números más guitarreros y que apuntan al rock es Masiteladi, donde Amadou hace que las seis cuerdas de su guitarra se inflamen como un cóctel molotov al compás de sus incendiarias yemas. Africa es un himno vital con un ritmo trotón de batería y unos arreglos de balafon de Boubacar Demberie que le dan un sabor si cabe más añejo. A esto hay que sumar las líneas melódicas del rapero somali-canadiense K´naan, que apuntalan más su rotundidad. En Compagnon de la vie resuena una potente sección de vientos y en sus compases se deslizan unas excelentes líneas de órgano. El insigne príncipe nigeriano Keziah Jones se une a la fiesta con su exquisita guitarra en Unissons Nous y en Welcome To Mali. Mientras que el evocador suku (violín mali) de Zoumana Teréta se deja sentir en Bozos, otro de los puntos calientes del álbum. Eso si, se hace algo extraño escuchar a Amadou cantar en inglés en I follow you (nia na fin), una canción donde un cello, violines, un piano y un contrabajo festejan los designios de un amor sin condiciones. Tras Batoma, el último tema del disco, hay una pista oculta, donde tras el crepitar de una música enérgica toma la palabra el cantante de reggae Tiken Jah Fakoly. En una especie de spoken-word sobre el fondo musical rememora la línea genealógica de sus ancestros. Grato disco el de la pareja mali, que apenas se desvía del característico trazo al que acostumbran. // Miguel Angel Sánchez Gárate