Albert Cirera i KAMARILLA
“Aquella cosa” UnderPool 2022
Aunque Ornette Coleman es para muchos aficionados el saxofonista más representativo de la llamada música free jazz, estarás de acuerdo conmigo, que los también saxofonistas Archie Shepp y Antony Braxton son esenciales para entender la improvisación en el mundo del jazz. Pero no hace falta que nos traslademos hasta el otro lado del atlántico, aquí mismo en Cataluña tenemos al compositor y saxofonista Albert Cirera (siempre que no se encuentre en Lisboa, Copenhague o cualquier destino que le atraiga en ese momento) Cirera ha grabado como 30 discos en los últimos cinco años, varios de ellos comentados por un servidor. Y ha colaborado en tantas formaciones, que sería un artículo aparte si quisiera nombrarlas. Pero sí que es esencial conocer su trabajo con el baterista Ramón Prat en DUOT (activos desde el 2007) Por lo que es lógico que Cirera no haya dudado en contar con Prats para esta KAMARILLA tan original ¡Veamos por quién está formada! Junto a Prats y completando la sección rítmica, Martín Leiton en el bajo eléctrico. Leiton es otro músico al que puedes encontrar en campos bien diferentes, si entras en su web entenderás porque tiene dos apartados, el de jazz y el de canciones. Y llegan los vientos, si Cirera alterna el tenor y el soprano, para el alto y los clarinetes tenemos a Marcel·li Bayer el de Barcelona tiene varios trabajos como líder y participa en combos bien diferentes, entre ellos los inclasificables Seward. Otro nombre indispensable en la impro es el trompetista Iván González, el de Alicante se trasladó hace tiempo a Barcelona y es fácil encontrarlo en cualquier manifestación de música improvisada. Su trompeta alterna temas o comparte con la de Pol Padrós, al igual que Cirera y González, Padrós también está en la formación Free Art Ensemble, referente en este mundo del jazz improvisado. Para completar los vientos el también valenciano, con largo recorrido en Barcelona, Vicent Pérez, un trombonista del que os he hablado en varias ocasiones, como en su participación en las experiencias sonoras de Marola Membrives. Las composiciones son de Cirera con algún que otro guiño. Empiezan con Riff i Raffe (ya sabemos del humor de Cirera) toda una pelea de “vientos” con la batería de Prats asegurando la muralla sonora. Detalles de solos de Prats que separan para remarcar las sesiones de vientos. Un espacio para que el bajo eléctrico de Leiton nos modifique totalmente el tema y podamos pensar en música negra, y cierre de nuevo con los vientos que recuperan la consigna. Música celestial, es el segundo tema, entrada cercana a Shorter pero a mucha más velocidad, juegos de trompetas con sordinas, como si quisieran admitir el viejo jazz de Marsalis en su peña, pero no te fíes, siempre están de broma. Después del puente impro “salvaje” con sonidos muy profundos (DUOT en estado puro) Siguen con On para l’eternitat? Según notas del disco, basada en Bach, no seré yo quien lo desmienta. Aquella cosa parce que nos va a acercar a cualquier manifestación de banda valenciana (Moros y cristianos) de hecho la formación no deja de ser una brass band, aunque con sus propias normas. Bressolar, otra “pelea” de vientos que ira dejando espacio a una melodía más reconocible. El juego de Cirera siempre esconde esos pequeños fragmentos que él ha ido elaborando en su laboratorio y que es trabajo del oyente, aislar o no, según apetezca, del resultado final. De nuevo Prats se erige en el responsable rítmico de esos dúos que se van sucediendo. Rosso & Cia, tema largo con diferentes escenas, empiezan con una melodía que te incita al baile (retazos de Begin the beguine) se queda Leiton como juez responsable de que los vientos no se salgan de madre, pero poco a poco el funky se instala con comodidad en el discurso. Un temazo que podría reinar en más de una fiesta. Un buen ejemplo de como en este disco, Cirera propone la impro como lenguaje, pero sin dejar de “escribir” arreglos musicalmente muy “concretos” Y terminaríamos con Requiem a Ferlandina, en que, como suele ocurrir en la Free art Ensemble, la violencia de los vientos puede herir algunas sensibilidades. Prats vuelve a ejercer de mediador y después de la tormenta siempre viene la calma, o lo que es lo mismo, melodías preciosas en que el jazz, el bop, vuelve a resurgir, Prats toma las escobillas, Leiton es todo suavidad y unos vientos “domesticados” te hacen soñar. De regalo, dos temas extra. Traigo la cena, de nuevo una big band defendiendo una composición que podía ser un estándar. Y para terminar definitivamente otro tema de larga duración, L’agonia a Lapa, un sonido hipnótico, Prats que vuelve a las escobillas, vientos que soplan con suavidad, y con una descarga final de peligro de infarto. Dejando claro que las composiciones de Albert Cirera deben de figurar ya en cualquier catálogo de referencia en la llamada música improvisada en cualquier parte del mundo. | relacionados