Zé Luis

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Zé Luis
Serenata, Lusafrica, 2013

Presentar el primer disco de un artista que ya ha cumplido sesenta años, resulta algo chocante. Pero si tenemos en cuenta que Zé Luis lleva más de cuarenta años cantando sus mornas, coladeiras y mazurcas, entonces no es tan extraño que publique un CD, Serenata, aunque sí choca que sea, en realidad, su presentación. La razón de esta tardanza es que Zé Luis no ha dejado de cantar durante estos años, pero solo lo ha hecho para el público de Cabo Verde.

Ze Luis nació en Praia en el 1953. A los ocho años se fue con su familia a Príncipe, del archipiélago Santo Tomé y Príncipe, otra de las colonias portuguesas de la zona, una isla volcánica muy fértil. Fue a través de su madre que le llegó su amor por la música, y por la cocina, cuando la oía cantar fados y mornas en su modesto restaurant, unos recuerdos que guarda como reliquias, y unas canciones que él aún rememora y canta. Allí se juntaban con otros caboverdianos que habían ido a trabajar, incluso algunos de forma obligada por el gobierno portugués, y en las fiestas y días de asueto se reunían para comer la kachupa y mataban la sodade cantando especialmente las mornas que les recordaban a su tierra.

La vuelta a su casa en el 1969, fue decepcionante para él porque encontró un Cabo Verde árido, a pesar de su nombre: “Cuando llegué, quise volver a Príncipe. Me faltaba la lluvia y la vegetación. Todo el mundo estaba quemado por el sol, todo estaba tan seco…” A pesar de ello fue entonces cuando empezó a cantar con el seudónimo de Zé Luis. Y aunque era invitado a festivales, serenatas, acontecimientos culturales, competiciones musicales y todo tipo de eventos, requerido tanto por su voz y su forma de interpretar, como por su interminable repertorio; siguió con su vida sencilla de carpintero, el oficio del que ha vivido hasta ahora, siendo para él la música, algo unicamente para disfrutar.

Una de las mayores cualidades de este cantor, es la de haber sabido combinar las canciones de los mejores compositores contemporáneos con viejas temas casi olvidados que él ha recuperado. “Podría cantar dos años seguidos sin parar, y sin cantar dos veces la misma canción” se vanagloria el cantante, y así lo demostró cuando preparaban Serenata. Probaron hasta setenta y dos temas diferentes que iba cantando Zé Luis, para escoger finalmente veinte de los que salieron las trece canciones del álbum, ya que la que hace catorce es una aportación del propio ministro de cultura, el cantante Mario Lucio. Posiblemente fue su éxito en el Womex de Salónica en octubre de 2012 el que le lanzó a esta aventura que ahora empezó; y como él dice: “Más vale tarde que nunca”. Un Womex al que llegó casi de forma casual: Resulta que estaba trabajando de carpintero en el montaje de los escenarios de un festival organizado por el Ministerio de Cultura de Cabo Verde, cuando le pidieron que cantase unos temas en ese festival, aunque él no estaba formalmente invitado. Aquella noche, asistentes profesionales como los cantantes Mayra Andrade, Tcheka, y Sara Tavares; los directores del Festival de Músicas Mestizas de Angoulême y la del Womex, ambos presentes; y especialmente el productor de Cesaria Evora, José Da Silva; quedaron absolutamente prendados de su música. La directora Daniela Teuber, lo llevó a su festival en Salónica, y tras su gran éxito, fue José Da Silva quien le propuso hacer este disco para su compañía, Lusafrica. Con este trabajo Zé Luis ha entrado, por derecho propio, en el grupo de los grandes representantes masculino de la música de Cabo Verde, junto a figuras como Tito Paris, Tcheka, Bana o Ildo Lobo.

Curiosamente, a pesar de vivir en Santiago, patria del funaná y del batuque, son especialmente queridas por él la coladeira y la morna de la que se confiesa un verdadero apasionado: “La morna forma parte de mi esencia. Adoro cantar mornas, aunque también cante coladeras, samba brasileña,… Pero la morna es mi estilo preferido. Sin ellas mi vida sería triste. Me da todo: el aliento, la paz, la alegría. Y a veces tristezas, y también nostalgias, claro… La morna es para bailar apretadito. Es muy sentimental. Cuando llega una morna a tus oídos, a tu corazón, has de empezar a pensar con quien quieres bailar, porque es algo muy íntimo.”

Serenata es un disco lleno de sensibilidad, donde destaca Zé Luis, con su preciosa voz, acompañada tan solo por las cuerdas de la guitarra y el cavaquinho. Curiosamente son siete coladeiras las que forman el grueso de los temas del disco, en el que encontramos también un galope, una mazurca, dos sambas y tres mornas, como no podía ser menos. Cuatro de los temas son tradicionales, pero otros son de autor, como Mario, que fue una aportación del citado Mario Lucio, una preciosa morna que el compositor dedicó a la muerte de su hijo adolescente, y que le emocionó especialmente al oírsela cantar a Zé Luis. Canciones llenas de ritmo, como las coladeiras Amigo o Kunha kin bem; temas con aires que nos recuerdan al continente americano, al menos a nosotros, en el caso del galope Bartolomeu Dias, o la samba Terra di alguem; o mornas tan bonitas como la citada Mario o Partida é um dor; forman parte de un trabajo que, dentro de su variedad, se articula sobre una base de guitarras, aparentemente sencilla, y, especialmente, alrededor de la voz de Zé Luis, con ese timbre suave que hechiza y que nos recuerda de alguna forma, ¿cómo no?, a la añorada Cesaria Evora. Un estilo clásico, cercano al de la cantante, no tanto por su forma de interpretar, sino por los temas y los arreglos; lejos de otros intérpretes de aquellas islas que buscan modernizar, de alguna manera, los ritmos y las melodías caboverdianas. No por ello hemos de esperar un disco anticuado, arqueológicamente tradicional, porque la capacidad de transmitir y de expresar tanto los temas antiguos como los contemporáneos, convierten a Zé Luis en un artista indiscutible.

Zé Luis, este novel debutante con su disco Serenata, que considera la música y la carpintería como sus amigos, quiere irse abriendo paso en el mercado poco a poco, siempre manteniendo su forma de ser y de estar. Este músico que hasta llego a construir la casa donde vive con su familia con sus propias manos, es a través de sus palabras que define su forma de ver la vida, de entender la música y de valorar la popularidad: ”Viajo siempre en el mundo de la imaginación, de las cosas buenas que guardo para mí. Si todo el mundo se juntase y afinase con un solo diapasón, sería algo bueno. Si la paz que reina en mí, estuviese también en el corazón de los demás, tal vez habría felicidad para todos.” Un cantante que trasmite todo eso y más con su música y que, para los que no lo conocíamos, ha significado una sorpresa muy agradable con su trabajo, Serenata, una satisfacción que seguro que no será la última que nos proporcione Zé Luis, este fantástico artista caboverdiano. + Info | Escucha el programa | Federico Francesch | DESAFINADO RADIO