Womex 2006
Womex 2006
Sevilla, Palacio de Congresos
Del 25 al 28 de octubre de 2006
Entre más de una treintena de actuaciones con las que contó el Womex de Sevilla que acabamos de despedir, me atrevo a destacar –en un alarde de subjetividad total– tres showcases especialmente relevantes. El primero, desde Brasil, tuvo lugar la noche del viernes, 27, en el espacio Al-Andalus –el único que ofreció buenas condiciones acústicas– de la mano de Hamilton de Holanda. Heredero de la escuela de Jacob do Bandolim, este prodigioso músico de bandolim (mandolina), que traspasa todas las barreras del tradicional choro llevándolo al territorio del jazz y de la MPB, consiguió una actuación explosiva con su poderoso cuarteto integrado por Daniel Santiago, guitarra, Andrado Vasconcellos, bajo, y el gran Márcio Bahia, batería. A pesar de la incomodidad que debe representar para un artista el ir y venir del público, propio de una feria de música, el brasileño, ajeno a los impertinentes murmullos, demostró puro entusiasmo, talento y creatividad en uno de los mejores shows que se vieron en Sevilla.
El sábado, 28, Juan Carlos Cáceres, otro artista tan grande como prácticamente desconocido en nuestro país, hizo las delicias de los que le seguimos bien de cerca desde hace ya bastantes años. Desde 1999, cuando lo descubrí, no había tenido el placer de ver una de sus sabias actuaciones porque, incomprensiblemente, nadie en España ha tenido el buen criterio de programarle. Así que la cita con este argentino residente en París era más que ineludible. Un concierto de cuarenta y cinco minutos para Cáceres es algo así como un absurdo, pero el deber es el deber y así son las cosas en ferias de este corte. No pudo demostrar ni una cuarta parte de lo que sabe este gran señor del tango, acérrimo defensor de la negrura argentina perdida, del tango rabioso, del tango negro sin refinerías burguesas ni europeizantes, de ese tango que a muchos se les hace incómodo recordar y que él eleva a la máxima potencia. En Sevilla, junto a sus incondicionales percusionistas y con la grata sorpresa de la violonchelista y la bandoneonista de Las Malenas –grupo parisino-argentino íntegramente femenino–, Cáceres nos recordó que el tango tiene mucho que decir desde el gran saco de las músicas del mundo.
Para terminar, la feria no pudo tener mejor final de fiesta. A ritmo del ventilador de la mejor rumba catalana que tenemos en el país, Patriarcas de la Rumba y Sabor de Gracia van bramar –“arrasaron”, en argot rumbero– en el pabellón 3 del recinto ferial de Sevilla. El despropósito acústico no pudo con la fuerza y la autenticidad de esta banda liderada por Sicus Carbonell y esos cinco vells (“viejos”) del género urbano más propio de Cataluña que, gracias a apariciones de este calibre, está dejando de ser un desconocido para el gran público, ganándose a pulso el reconocimiento que se merece. // María José López Vilalta, ‘La Morocha’