Touré Kunda
Touré Kunda
"Santhiaba"
Wagram / Karonte, 2008
El retorno de Touré Kunda supone una buena nueva para todos los que dábamos por perdidos a la "familia de elefantes". Si bien es cierto que Ousmane Touré, uno de los dos hermanos supervivientes de la legendaria banda senegalesa, había seguido una fructífera carrera en solitario, refrendada con el excelente disco Avenue du Monde (2006), pocos esperábamos esta vuelta al ruedo tan triunfal. Y es que Santhiaba, que rinde honores al barrio de Ziguinchor donde nació el grupo – y que un servidor ha hollado en varias ocasiones – supera con creces el acabado sintético y con programaciones electrónicas que abría alguna que otra vía de agua en lo que fue su último disco, Terra Saabi (2000). Santhiaba recupera a los Touré Kunda en estado de gracia, la de discos primerizos como E´mma Africa o Tuuru. El álbum comienza en clave mandinga con Leopold Sedar Shengor, un homenaje póstumo en clave de balada al fallecido presidente de Senegal, en la que la kora (arpa africana) acapara el primer plano instrumental. Un tema muy cercano al espíritu tradicional del gran Djiby Dramé. Bay pa mar salta la frontera a la vecina Guinea Bissau para empaparse de morna afro-lusa con el kreole (dialecto procedente del portugués) como protagonista vocal. Amonafi es un contagioso número de salsa-funk cantado en wolof, que hará las delicias de las pistas de baile africanas y de la diaspora. Un sample de El lago de los cisnes de Tchaikovsky aparece y desaparece como el Guadiana en la festiva y contagiosa Ah Diatta, gran pálpito de afro-pop donde los haya. Lely djamyo tira de flautas peul y kora con el particular y reconocible sello vocal que imprimen los dos hermanos. En Izguichor adaptan el clásico tradicional Ceddo, interpretado por numerosos artistas locales como Ismael Lô, Super Diamono o Moussa Ngom, con un texto totalmente diferente al del original. Nianthio lidia con el cha-cha-cha cubano y una letra romántica en español, con frases que sonrojan por su candidez: "Quiero casarme contigo porque te quiero mucho". Narra una historia sentimental en la que se pide el consentimiento de los padres para la boda, y la comparecencia de los amigos a la ceremonia. El aire acústico y fraternal de Te quiero toma forma de reggae, apoyado por unas juguetonas percusiones que insuflan colorido a los arreglos. Kaira banco es una sentida y nostálgica morna cantada en kreole con piano y violines, muy en la onda de las últimas creaciones de Ousmane Touré. Este es sin duda alguna uno de los momentos claves del disco. El balafong (xilófono africano) empapa de alegría con sus cristalinos golpes la vital Cherie nam nala, resplandeciente como los rayos del sol africano. El acordeón nos transporta a la zona de Palermo de Buenos Aires, o a las calles del barrio latino de París con Tango de l´Africain, donde funden español, francés y kreole de forma simpática. La jovialidad y el ritmo percusivo de los tambores concentran la pulpa de Appels pressants. A imagen y semejanza de algunas de las canciones de su antiguo disco Casamance au claire de lune, el tambor y la kora son los hilos conductores del discurso poético y ecológico de Llamada. Un canto de denuncia donde ponen en aviso sobre la destrucción de la capa de ozono, y en el que claman "Hombre, asesinas a la naturaleza. El árbol de la fertilidad susurra llamada urgente". El mismo mensaje que vuelven a transmitir en inglés en Appeal, que cierra un ejercicio redondo, epatante y esperanzador. Gran resurrección la de estos hijos pródigos de la música africana. www.toure-kunda.com // Miguel Angel Sánchez Gárate