Tony Allen

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“Secret Agent”
World Circuit / Nuevos Medios, 2009

Tony Oladipo Allen nació el 12 de agosto de 1940 en Lagos, Nigeria. Desde el 1964 al 1979 fue batería y director musical de las bandas de Fela Anikulapo Kuti. Junto a él co-fundó el afrobeat, una mezcla entre el highlife africano, el jazz, el soul, el funk y con raíces profundas en la música yoruba. Grabó más de 40 discos con Fela y en solitario lleva más de una decena. O sea, poco que demostrar a estas alturas. Ahora este maestro de baterías y compositor presenta este Secret Agent de la mano de World Circuit, uno de los sellos más prestigiosos de los que quedan en activo y que se dedican con más mimo y cuidado a las músicas del mundo. Allen sigue en esto de la música porque para él es tan necesario como respirar y cada nuevo trabajo que edita, lo hace cuando de verdad está completamente satisfecho. Él mismo lo ha producido y lo ha grabado con esa cómplice banda que lleva años defendiendo sus directos y que está compuesta por músicos procedentes de Nigeria, Camerún, Martinica y Francia. En este último país es donde vive actualmente y donde se grabó toda la parte instrumental, después Allen se trasladó a Nigeria y eligió uno a uno a los cantantes, Ayo a.k.a. Orobiyi Adunni, King Odudu, Switch, Kefee Obareki y Wura Samba, “todos discípulos del afrobeat” comenta Allen en los créditos. Él canta también en dos temas, el que da título al disco y Elewon Po. Hay que comentar que Allen ya no está tan convencido de la efectividad de los mensajes políticos en las letras. Textos sobre las injusticias, algo que en el afrobeat es casi obligado, solo aparecen en Pariwo (“grita, haz ruido”) y en la mencionada Elewon Po (“demasiados prisioneros”). En otros utiliza proverbios tradicionales, Nina Lowo (“el dinero es para gastarlo”) o Atuwaba (“no importa si las cosas están mal, irán a mejor”), y en algunos invita irrefrenablemente a la fiesta como en Ijo (“baila”) o Alutere (“el mensaje que los tambores transmiten”). Musicalmente el ritmo es la base de este disco que suena elegante, melódico y poderoso. Un disco repleto de matices, espacioso y que se puede disfrutar escuchándolo o bailándolo (o las dos cosas). Evidentemente tiene todos los ingredientes que debe tener un buen afrobeat, esto es arrolladora sección de vientos, cantos de llamada-respuesta con amplios coros femeninos, unas buenas voces principales y un batería sin igual (Tony Allen, claro). Pero hace tiempo que la música de Allen tomó su propio camino. Él ya no defiende ese afrobeat urgente como el que hacen los hijos de Fela (Femi y Seun), sino que mira hacia otros caminos. Se puede etiquetar como afrofunk, afrosoul o afrojazz, pero siempre con el afrobeat como base y en la forma en la que solo él es capaz de hacer. “Fela componía como un cantante, yo lo hago como un batería” afirma Allen, y eso implica que el ritmo es de máxima importancia. Pese a ello no hay ni un solo de batería en Secret Agent, pero si un groove constante y sugerente. Hay que hacer mención especial a Fixi, su fiel teclista que ha arreglado junto a Allen todas las canciones. Son en total 11 composiciones no excesivamente largas (entre 4 y 5 minutos, con algunas excepciones), que se abren con Secret Agent y Ijo, dos temas donde se encuentra la quintaesencia del afrobeat de Tony Allen. Otros como Celebrate y Pariwo entrarían fácilmente en el repertorio de la familia Kuti. Y otros como Alutere (irresistibles las ganas de bailar que provoca) y Elewon Po cierran este impecable disco con unas inaguantables ganas de darle al repeat. // Miguel Amorós.