Tomatito sexteto
Palau de la Música. 26 de mayo De Cajón! 2021
Después de varias anulaciones por el tema de la pandemia llegaba Tomatito con su sexteto al Palau de la Música como último concierto del ciclo De Cajón que se programa dentro del Woll Damm Festival de Jazz de Barcelona. Un Palau lleno a rebosar (manteniendo las medidas legales) esperaba con ansia a su ídolo, solo faltaron las palabras de Joan Antoni Cararach “me comentaba Tomatito que El Palau es el auditorio preferido que hay para mí en el mundo” para que el aplauso ya fuese atronador. Estaba claro que el de Almería jugaba en casa. Muchos recordarían seguramente su concierto con Camarón en este mismo Palau, se estrenó aquel famoso Spain con Michel Camilo y hoy después de un año sin tocar volvía de nuevo al Palau. Un sexteto con Tomatito como primera guitarra, su hijo José del Tomate, segunda guitarra, Kiki Cortiñas y Morenito de Illora al cante y palmas y Ricardo Fernández a las palmas y al baile. Quiso empezar por tarantos seguramente para estar cerca de su tierra y dejar claro que domina cualquier palo, unos 5 o 6 minutos en solitario ante la mirada atenta de sus compañeros que disfrutan del arte del maestro y un público atrapado por la magia de la guitarra flamenca. Con el grito desgarrador de Cortiñas el sexteto entra a tope, llevando la música a terrenos más festeros. Kiki Cortiñas y Morenito de Illora son dos cantaores con voces muy distintas que se compaginan perfectamente ofreciendo como dos visiones diferentes del flamenco. Arrancó el segundo tema por alegrías y Paco de Mode demostró porque está entre los mejores percusionistas del momento. Las guitarras de Tomatito y su hijo ya se iban encontrando y aunque todavía mandaba el padre, el joven José del Tomate iba soltándose sin miedo. El siguiente tema quiso dedicárselo a Paco de Lucía, volvió a entrar el solo con una composición muy bonita que al igual que el homenajeado podría representar al folklore universal. Los músicos como De Lucía o el mismo Tomatito después de tantos años tocando con gente de tan diferentes culturas, tienen la capacidad de crear composiciones como estas que tan pronto viajan por detalles de Entre dos aguas (una pinceladita) como se mueven en terrenos de la música más romántica de siglos pasados. Un tema maravilloso ejecutado desde la pasión de alguien que le ha dedicado muchas horas a conocer su instrumento. Uno de los momentos más bellos de la noche, que fueron muchos. Afina el maestro (lo hizo todas las veces antes de empezar un nuevo tema, exigencia con su sonido) y se lanza el sexteto en pleno a recorrer ese territorio tan rico como son los tangos, caracoleos, swing, desafío, templanza. Si Camarón fue punto y aparte en los tangos como no iba a serlo su fiel escudero. Y llegó el momento de dejar solo al benjamín de la familia, José del Tomate con poco más de 20 años se quedó solo con su guitarra en un Palau que lo escuchaba con respeto y que supo apreciar su valor, templó como su padre y ni corto ni perezoso se metió en granainas y salió triunfante. Ya puede estar orgulloso tanto el padre como el hijo, que ya tiene un primer álbum en el mercado, Plaza Vieja, Universal 2018. Y volvió el sexteto, y quisieron hacer un homenaje a Camarón, y arrancó con toda la fuerza del sexteto La leyenda del Tiempo, primero fueron las guitarras las encargadas de hablar y después las voces diferentes de los dos cantaores, el que fuera himno para toda una generación de amantes del nuevo flamenco brilló como si fuese el último éxito del verano. Otro momentazo inolvidable. Y volvieron los tangos, las voces de Cortiñas y Morenito se fueron alternando, al cajón modulo el compás y las guitarras jugaron a viajar a un lado y otro del Mediterráneo. Los gritos desgarrados de los cantaores conseguían ahora los mismos aplausos que los guitarristas. Yo estaba un poco mosqueado, porque en el cartel se anunciaba una bailaora, que no aparecía, aunque delante de los músicos sí que había un tablao bastante grande. No sospeché que la desaparición en el último tema de Ricardo Fernández (el joven palmero que no había destacado en ningún momento era la pista de la incógnita) Mientras Tomatito iniciaba un toque por solea, Ricardo Fernández “Tete” salía con traje y chaqueta y ese pelo suelto (que tanto gusta en los bailaores) y se lanzaba a la locura de un baile de taconeos, saltos y giros casi de derviche que hicieron enloquecer a más de una espectadora. Vaya sorpresa. Un final apoteósico que por supuesto, no sirvió para terminar la noche, a pesar de que ya llevaban más de una hora, el sexteto salió de nuevo a escena y como había comentado Tomatito, hay que dar muchos guitarrazos para dar de comer a la familia y este hombre sabe dar al público lo que ha pagado. + info | relacionados |Fotos: Jordi Calvera