Taraf de Haidouks
Taraf de Haidouks
”Of Lovers, Gamblers and Parachute Skirts”, Crammed Discs, 2014
Taraf de Haidouks cumplen veinticinco años y si hacemos un repaso a todo lo que ha hecho esta banda, ya legendaria, de los Balcanes, parece que poca cosa les faltaba por hacer. Sus tres primeros discos son grabaciones ya clásicas e imprescindibles para los amantes de estas músicas. Protagonizaron un documental sobre el grupo en su humilde y legendario pueblo de Clejani (Rumania) y en su hábitat. Editaron un dvd con uno de sus trepidantes conciertos en la Chapel de Londres. Han participado en tributos versioneando a grandes nombres de la música. Hicieron un recomendable disco a medias con la banda macedónica Kočani Orkestar . Han actuado en películas junto a Johnny Depp, que se jacta de ser su amigo y hasta se los llevó a una fiesta particular. Además han girado innumerables veces por todo el mundo y luego siempre vuelven a Clejani, donde siguen viviendo con sus mismas costumbres.
A diferencia de otras bandas balcánicas, el Taraf se basa en los instrumentos de cuerda, sobre todo violines, el ţambal (címbalo o cimbalón), los acordeones y solo una flauta o clarinete, así que su música se distingue de las popularizadas por las potentes bandas de metales.
Pues para celebrar su veinticinco aniversario, con este su séptimo disco, han revisado algunos de los viejos estilos que encantaron al público occidental en sus álbumes anteriores. Nos referimos a las viejas y tradicionales canciones de amor, las baladas gitanas rumanas o las conmovedoras melodías de baile de la vieja escuela junto con instrumentales de sabor turco. O sea las clásicas canciones de bodas y funerales.
Hay que explicar que Taraf de Haidouks, desde que empezaron, han sufrido la triste desaparición de sus cantantes más mayores, Ion Manole, Nicolae Neacsu, Cacucira y Ilie Iorga. Posteriormente se renovaron con nuevos, enérgicos y jóvenes componentes.
En este disco recuperan antiguos colaboradores vocales como Tsagoi (hijo de Neacsu) y Gheorghe (hijo de Manole), que dominan los repertorios de sus padres y la extravagante Viorica Rudareasa, que ya había cantado con ellos en la mítica canción Dumbala Dumba.
Justamente ella canta con esa reconocible voz en la obertura del disco, la sensacional Balalau from Bucarest. Y lo hace también en tres temas más de manera destacada. Como por ejemplo I’ve Got a Parachute Skirt, una canción de letra bastante pícara.
También son resaltables las trepidantes Moldavian Shepherds’ Dance o The Fields Are Blooming que animan irremediablemente al baile. O Dance Suite à la Clejani con esos “espidicos” diálogos entre flautín, violín y cimbalón.
Como novedad incorporan el manele, estilo de música balcánico derivado principalmente de las canciones de amor turcas y que ahora tiene gran éxito en Rumania. Y lo hacen con Manele Pomak donde se luce el clarinetista Filip Simenov.
En el otro extremo, o sea en los temas más calmos, sobresale la colaboración de Tsagoi (que acaba de editar un disco en solitario), porque canta y toca en Mother, My Little Mama, una triste y preciosa canción dedicada a su madre que murió cuando él era joven. O la suave No Snow, No Rain, con ese reconocible sonido al estirar la cuerda suelta de violín como hacía Nicolae Neacsu.
Pero no podemos dejar de nombrar los más de once minutos de Clejani Love Song (que ya aparecía en el primer disco del Taraf) y que es muy representativa de su pueblo, con esos cantos emotivos y afligidos y donde los violines parecen estar contando una estremecedora historia.
En general, a pesar de ser un disco nuevo, muchas de las canciones nos suenan familiares porque son viejas melodías y ritmos de la zona, que ya habíamos escuchado antes. Eso sí, solo como el Taraf es capaz de hacer. +Info | Relacionados | Miguel Amorós.