Sunshiners

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"Sunshiners"
Ter à terre / Karonte, 2006
www.sunshiners.net

El matrimonio constituido por los músicos Feal y Gael (de la banda francesa de reggae Mr. Gang) con John, un cantante oriundo de las islas de Vanuatu, en el Océano Pacífico, marcha viento en popa. Podría decirse que discurre de forma tan idílica como el que mantuvo el universal Marlon Brando con la tahitiana Tarita, a la que conoció durante el rodaje de Rebelión a bordo (Lewis Milestone, 1962) en unos parajes no muy lejanos del lugar donde se produjo el flechazo al que nos referimos. La lista de bodas elegida para la ocasión resulta, de por sí, sorpresiva. Es una suerte de jukebox de la que rescatan piezas claves del pop y la new wave de los años ochenta versionados en clave de reggae. El resultado del disco convence por mayoría absoluta. Ahí están los aires cimbreantes de Shake the disease de Depeche Mode o los marcados arreglos de viento en forma de acordes que magnifican Every kinda people de Robert Palmer. O piezas tan emblemáticas del subconsciente colectivo como Baby Jane de Rod Stewart o el archifamoso Don't you want me de The Human League (ambas con unos coros femeninos muy de la escuela The I-Threes). El frescor que depara Everybody wants to rule the world de Tears For Fears alude mucho al reggae ochentero de Big Youth o Third World. Con total seguridad podemos decir que una de las mejores adaptaciones del lote es She drives me crazy de Fine Young Cannibals, que suena jamaicana a más no poder gracias al sello totalmente soul que le imprimen, muy de la escuela Toots & The Maytals. Los únicos patinazos en este banquete de boda vienen de la mano de Take the long way home de Supertramp, que resulta algo descafeinada, y Everybody's got to learn sometime de The Korgis, a la que le falta una buena calada de ganja para conseguir la suficiente embriaguez. Por lo demás, solo podemos dar nuestras más felices felicitaciones al tan bien avenido matrimonio a cuatro bandas. Y colgarles unos collares de flores mientras les bendecimos con un sonoro ¡aloha! // Miguel Ángel Sánchez Gárate