Seward & Javier Gallego “Crudo”
El Pumarejo 28 de diciembre de 2017
La propuesta, al igual que los protagonistas, es de las que llegan a un público con ganas de novedades. Seward, o poniendo nombres, Adriano Galante y Pablo Schvarzman a las guitarras, Juan Rodríguez Berbín a la batería y Marcel·li Bayer al saxo, han decidido que estas navidades querían festejar sus siete años en escena, y ¡que mejor manera de hacerlo que tocar seis noches seguidas en uno de los locales más interesantes del panorama actual! Por si esto fuese poco, cada noche han tenido invitados que se han sumado a esta propuesta, la noche del jueves, contamos con una de las voces más irreverentes y polifacéticas del panorama español. Javier Gallego “Crudo” periodista, poeta (presentaba su libro de poemas, El grito en el cielo) y también músico, en concreto batería (Dead Capo, Forastero). Empezó el bolo con Crudo en una de las baterías y los cuatro Seward jugando con sus teclados y aparatejos, mientras una voz en off va recitando el primer poema de Crudo, cuando escuchan la palabra grito, como impulsados por un resorte los Seward se lanzan a sus instrumentos “oficiales” y Crudo abandona la batería para acometer el micro y como líder “espiritual” explicarnos porque Detroit es el corazón de la bestia. Un ambiente mágico se impone en la pequeña sala de El Pumarejo, y un público bastante perplejo asiste a la comunión real de verdades como puños que mezcladas con una música real todavía impresionan más. Dice Javier Gallego que aun que Detroit es ahora mismo el corazón de la bestia, vamos a acercarnos todavía más, hasta su particular Anatomía de España y nos lanza Un país patas arriba, la guitarra de Galante se atreve a balbucear melodías bonitas y el saxo de Bayer entra en escena de forma bonita, como suelen entrar los saxos en cualquier estilo de música cuándo quieren sonar bonito, pero no te dejes engañar, la tensión del poema hará subir la tensión musical llegando a una explosión total, Galante por los suelos, en esas improvisaciones viscerales que tanto le gustan. Llega un poco de calma con Al cielo con ella, solo voz. Y De dónde no se vuelve, ahora voz y guitarra nos traen los poemas sexuales de Gallego, con la misma crudeza pero con la cercanía de las relaciones de dos personas que a veces se funden en menos de una, Javier Gallego nos introduce en esos poemas tan necesarios para no volvernos locos. Y la música de Seward se acopla perfecta a las palabras, pero casi sin querer. Como podría acoplarse al silencio o a una conversación lejana, el sexo sigue con Vasos comunicantes. Aprovecha Crudo para presentar, a la mejor banda del mundo (según él) y entran en una nueva etapa, la que habla de Nosotros, y por supuesto un servidor se reconoce dentro de esa generación que tan bien describe Crudo, que vuelve a la batería. Galante ha dejado la guitarra i coge el banjo. Y en la tierra son actos (sobre un poema de Celaya) nos iremos acercando al final que cómo presenta Crudo, Será un maravilloso final, no porque lo diga él, sino porque así se titula el último poema. Pero a pesar de la descarga metalera, que nos deja tocados para un buen rato (al menos a un servidor que estaba demasiado cerca del altavoz) no les costó nada volver a salir a escena y con toda la carga de dos baterías, dos guitarras y el saxo diabólico de Bayer cerrar con un tema (Mil letras mayúsculas) de los que te dejan claro que Seward no pretende ser la mejor banda del mundo, pero sabe compaginar las distorsiones más arrolladoras, con momentos tiernos de sonidos dulces, aderezados, como no, por samples que Galante siempre tiene guardados en la “manga” Como cada vez que los escuchó, salgo con la sensación de que algo único e irrepetible ha vuelto a suceder. + info | relacionados | fotografías: Sergi Palau