Rozalén

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«Mis letras, son tan sencillas y tan populares, que la gente se ve identificada y por eso se engancha»

Bueno, pues aquí estamos… De verdad que, ¡muchísimas gracias por venir! Estamos super emocionados. Es la primera vez que podemos venir todo el equipo, toda la banda. Y os puedo asegurar que vamos a intentar que paséis una noche inolvidable. Así que, ¡A disfrutar!” Estas eran las primeras palabras de una Rozalén que llegaba a Barcelona para presentar su disco Con derecho a…, dentro del 25 Guitar  Festival  Bcn, con la ilusión de poder venir con todo su grupo, en una Sala Barts llena y entusiasta, como luego se vio, y absolutamente rendida a la artista.

Nosotros habíamos hablado con María Rozalén, el día anterior, de lo humano y de lo divino, con esa facilidad de comunicación que tiene y esa sensación de sinceridad y sencillez que transmite en los espacios cortos, y que, de alguna forma, también traslada a los escenarios: “Bona nit. Bueno, nosotros, poco a poco, nos iremos poniendo menos nerviosos, ¿eh?. Os iremos contando muchas tonterías, sobre todo de mi vida, porque soy la que escribe las canciones…” Empezaba su segunda intervención dirigiéndose al público de esa forma tan peculiar que tiene, como lo iba a hacer durante toda su actuación.

Mi madre canta de maravilla, y ella es ama de casa toda su vida; pero la auténtica artista de mis casa es mi madre, sin duda.” Nos decía, cuando la preguntábamos por los antecedentes musicales en la familia. Eso hizo que ella, desde muy pequeña, se acercara a la música: “Bueno, niña prodigio, no creo que tanto. Pero sí, mi madre tenía la ilusión de que uno de sus hijos tocara la bandurria, la guitarra; y a mi hermano le gustó más el futbol. Entonces, con la música tuve ahí una conexión muy chula desde pequeña, y todo el mundo lo veía y me iban empujando a eso…” Hasta que llegó a Murcia, a estudiar la carrera de Psicología: “Cuando llegué a Murcia fue cuando realmente empecé a tocar en bares, y me iba interesando por la canción de autor, porque allí en Murcia hay mucho de todo, cultural. Me iba ayudando económicamente y era eso, como un hobby. Pero en el año así, malo, que todos tenemos en la carrera, que yo aprobé dos… ¡lo pasé o muy bien o muy mal¡ [se reía]; justo gané un concurso, el Crea Joven, y fue como todo un poco, una señal, no de querer ser psicóloga, que me alegro infinito de haber terminado la carrera, pero era como… Sabes que hay una opción al menos, de que has resaltado entre mucha gente que se ha presentado, y ahí está. Pero sí, eso, como que daba pistas aquello”.

Y entonces se trasladó a Madrid, y empezó realmente todo: “Fue terminar la carrera y, claro, ahí estaba perdidísima y vi que hacían un master de Musicoterapia, mis dos pasiones juntas. Me voy a estudiar, me voy a buscar trabajo a Madrid, y mi ilusión era tocar en Libertad 8. Me costó algo, pero ya luego me dieron una fecha y empecé a tocar. En Madrid no conseguía curro, evidentemente, pero estudiaba mucho, hacía trabajitos con los que sobrevivir poco a poco, y conocí a Ismael [Guijarro] que es el productor del disco. Decidí hacerlo independiente. Lo presentamos en Galileo. De repente se llenó la sala. Era como todo muy extraño. ¿Por qué? Y ya vinieron las discográficas a llamar a la puerta.” Resumía así Rozalén esa etapa anterior a su éxito actual.

Pero hay un elemento que no nos había citado, y que es fundamental: Su vídeo: “El vídeo de 80 veces, lo lanzamos un mes o dos antes de que saliera el disco. Gracias a ese videoclip, la gente se hizo con el disco, luego, y a través de las redes sociales se volvió un poco loco, todo. Porque la noche que lo lanzamos hubo 10.000 visitas, que yo, además, era mucho de cuidar a la gente que me escribía y tal, pero fue la primera vez que perdí la cadena, porque todo el mundo lo había compartido… Me acuerdo que me puse a llorar del agobio, en mi casa, en Albacete, diciéndole a mi madre: ¡No puedo, no puedo! [se reía]” Un disco que produjo Ismael Guijarro, que le había dado un primer consejo cuando escuchó su música: “¡Haz canciones mejores! [reía] Fue así, totalmente. Lo que pasa es que a mí, mi manera de trabajar, y de todo en la vida, hasta cuando jugaba al voleibol, bajo presión y metiéndome caña, es cuando hago cosas interesantes. Necesito que me digan: Estas cinco sí, pero a ver si puedes hacer algo mejor.” Para autoeditarlo tuvo que pedir un crédito, que avaló su padre: “De todas maneras, el dinero que pedí, aunque para mí era muchísimo en ese momento, como fue bien, como que lo recuperé muy pronto. La primera vez que aposté en algo.” Enseguida fueron contratados por RLM, la agencia artística que lleva a Alejandro Sanz, Malú, Paloma San Basilio o Raphael, entre otros; y llegaron las discográficas: “Se interesaron varias, que es lo mejor que le puede pasar a alguien, porque es como si el Madrid y el Barça quieren fichar al mismo, pues que eso va subiendo, las condiciones y todo. Yo ahí he estado en una posición de favor. Creo que a cualquier músico que le hubieran propuesto lo que me han propuesto a mí, hubiera aceptado.

Finalmente fichó por Sony: “El mismo disco salió editado por Sony. Cambió un poco el formato, pero yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Rozalénlas canciones son las mismas y la grabación es la misma”. Ya con ellos, sacó su segundo videoclip, también con Chino Saavedra como realizador: “A través de Ismael, porque Ismael, aparte de producción era como un poco desarrollo de artistas. El primero, yo le decía: Oye, que Beatriz y yo hacemos algo chulo. Quizá la primera idea sí que fue algo mía, pero la segunda de Carolina, fue de él. Porque se enamoró de Carolina Rodríguez, igual que todos cuando vimos un reportaje suyo de Informe Robinson, y a mí, claro, de las gimnastas, la más artística, la más… Tiene una expresión en las manos. Y encima sus padres son sordos también, y entonces hubo ahí como una conexión estupenda. Y como la canción de Comiéndote a Besos es tan explícita… A mí no me gustan los videoclips literales, de enciendo la luz y aparezco, así, encendiendo; entonces que mejor que hacerlo con una expresión artística como la gimnasia. Había gente que se esperaba otro tipo de videoclip, pero yo estoy contentísima con el resultado”. Una preciosa puesta en escena, con ese balón rojo lleno de simbolismo sobre un tema que nos habla de una pareja en la que él es VIH positivo.

Con la llegada a una gran multinacional, todo cambió. ¿Mucho susto?: “!Muchísimo! [se reía] Me llamó Ismael, muy emocionado, y mi primera reacción fue: ¡No, no, no! ¡Ni de broma! ¿Qué hago con discográficas yo? Si no tiene nada que ver… Pero uno habla sin saber. Fui allí y me dijeron: ¿A ti que te gusta? Tienen mucho jazz, tienen todo el flamenco. Entonces, cuando empezaron a hablar de condiciones y todo eso, yo empecé a escuchar y, en realidad, ¿uno que quiere?, que lo escuche cada vez más gente, ¿no? Es como una puerta que se te abre y luego tú, una vez abierta, puedes hacer lo que quieras. Entonces, bueno, yo creo que no he sido tonta, en ese sentido.” Y ahora se siente muy bien con ellos: “¡Sí, sí, sí! Yo me siento muy respetada por los dos [RLM y Sony], porque han comprendido muy bien la esencia y lo que a mí me importa de la música. Hay, por ejemplo, determinados programas en los que yo no saldría… ni me lo preguntan. Hago casi todo lo que quiero. Hay cosas que tienes que hacer, como pasar los photocall, que eso no me gusta nada; pero el resto de cosas, maravilla”.

Rozalén está en un momento dulce de su carrera, pero, ¿cómo se asimila ese éxito?: “Bueno, yo creo que nunca lo he terminado de asimilar, porque yo me considero la misma aprendiz. Yo no me puedo comparar con los que yo considero de primera división, porque es mi primer disco. Yo siempre digo que soy una recién llegada. Quizá dentro de muchos años sea alguien, a quien yo respetaría [se reía], pero por ahora esto es una prueba de fuego y tengo que ser lista y hacer las cosas bien hechas, sobre todo seguir aprendiendo.” Aunque estar triunfando también le provoca todo tipo de reflexiones: “Lo llevo hablando hace tiempo. Es una posición que no es fácil; ni para los compañeros que te rodean, porque de repente tú llegas y ellos no, y eso no significa que tú seas ni mejor ni peor, pero ya estás expuesta, estás en el punto de mira. El Niño de la Hipoteca, me decía: Si no hubieras sido tú, sino otra de tus compañeras la que subiría, no se diría: Ésta es mucho mejor que Rozalén, se diría lo contrario. No, no, la Rozalén mola mucho más, porque no estás ahí. Entonces yo me siento observada y como teniendo que dar explicaciones de por qué a mí sí y a otros no. Y eso no mola, claro. Pero también ahí te das cuenta de cuando están los buenos y cuando no. En este país, lo de alegrarse por el éxito vecino es muy complicado, es mucho más fácil sentir pena hacia aquel que lo está pasando mal. La envidia, el deporte nacional. Pero bueno, yo me considero muy afortunada y creo que la mayoría de gente que me rodea, además de mis compañeros, me habla con un montón de cariño y con respeto, se alegra de las cosas y me mete caña.

Entre los que la rodean, Beatriz Romero, que la acompañaba en el vídeo y ahora lo hace en los escenarios, es una caso muy especial. A ella la conoció de una forma curiosa: “Han sido todo casualidades. Ella y yo nos conocimos en Bolivia, en un concurso de cooperación de Castilla-La Mancha, y nos hicimos muy amigas; ella se hizo muy fan de mi música y yo cuando la veía interpretar en el lenguaje de los signos, me fascinaba. Es la lengua más bella, quizás. En Albacete nos propusieron hacer un mini concierto para discapacitados; yo iba con mi guitarra y ella interpretando. Luego dije, ¿por qué no te vienes y hacemos uno entero en Libertad 8, a ver qué pasa? Y, ¿por qué no hacemos un video clip? Se fue liando la bola y ahora es esencial.

Nos hablaba de su disco, Con derecho a roce…, del nombre, que surgió de forma algo curiosa: “Es que no sabíamos que poner de título. Abrí como un concurso en las redes, y le propuse a la gente algo que tuviera un juego de palabras con hada, con Rozalén, con… Hubo de todo; cosas muy graciosas. Con derecho a roce fue una de las que me llamó la atención. Lo dejamos en puntos suspensivos para dejar a la gente que lo terminara como quisiera.

Y también nos habla de las canciones que lo componen:

Ochenta veces: “Es un desamor, pero con sentido del humor. El reírse de una misma, a veces ayuda a superar cosas. Me sentí dolida por alguien que no me quiso y no entendía que pasaba allí.

Susurros de papel: “Habla de una noche de pasión. ¡Y ya está! [se reía]”

Comiéndote a besos: “Yo me pongo en la piel de una chica que se enamora de un chico con VIH. Y creo que actualiza mucho el tema tal y como está ahora. Todas las canciones que hablan de sida, están como pasadas de moda, porque hablan de los 80, de la homosexualidad, de la heroína; y ahora se puede vivir con el virus.

Las hadas existen: “Es la canción que le hice a mis mejores amigas, hace ya un montón de años. Muchas mujeres me escriben porque se ven reflejadas ahí, y, la verdad, nada más que por eso, vale la pena haberla hecho. Es la más antigua del disco.

Saltan chispas: “La primera que hice al llegar a Madrid. Tenía como la ansiedad y el deseo de que me fueran bien las cosas.”

Para los dos: “Es también de las más antiguas. Es la canción de amor por excelencia del disco, yo creo. La que le hice a mi antigua pareja, que me aguantó muchísimo, Pedro. Además yo hablo de mis complejos y de muchas cosas físicas que tengo o más bonitas o más feas, pero que cuando uno ama lo entrega todo. Las bonitas las entrego y las menos bonitas, para mí, las decoro, o algo así, para que sea perfecto.

Bajar del mundo: “Habla de mi cuarto y de los momentos que me he pasado cuando no me interesa nada; cuando estás quemada por el mundo en el que vives. Es una rayada, una paranoia, porque fantaseo con las cosas de decoración que tengo en mi cuarto.

Alivio: “Está basada en lo versos de un amigo mío catalán, que se llama Alberto Álvarez, que en un momento en que él no veía muy positiva la vida, cuando miraba a su mujer y a su hija, los llamaba su alivio, porque era lo que le hacía que todo tuviera sentido. Y yo me lo llevo a mi terreno.

Levántate: “Habla del contacto con la naturaleza. Hay mucha parte del pueblo de mi madre, que yo me he criado mucho ahí, en la Sierra del Segura, en Albacete, que se llama Letur, y que, sinceramente, muchos de los valores que yo tengo están relacionados a que mi familia ha vivido del campo, yo me he bañado en el río, he comido tomates con sabor a tomate, y he visto muchos atardeceres chulos.

Cal de arena: “Es el homenajillo a la Sara Montiel, y es, como de broma, el manual de instrucciones para conquistar a una mujer, pero a una mujer un poco insoportable. Yo, cuando he tenido mis momentos malos, pues lo he visto así.” Un tema que al cantarlo en la sala Barts, lo hizo con su bandurria: “Hago lo que mejor se hacer, tocar la bandurria,” dijo, y añadió: “Cuando era pequeña, yo vi a la Sara, con sus marionetas, que eran los hombres, y ella hacía con ellos lo que le daba la gana, y yo decía que de mayor quería ser como ella, guapa, artista y hombreriega, pero estudié psicología, y por eso estoy así…

Rozalén ya está pensando, lógicamente, en lo que ha de venir: “Tengo como cuatro canciones terminadas que me interesan mucho para el segundo [disco], y tengo como muchas ideas en la cabeza y canciones a medias. Entonces cada vez, como que me voy adaptando mejor. Me he ido a vivir al campo, me he quitado la televisión, algo muy importante. Creo que ahora mismo estoy en el camino, y si en algún momento considero que no están las canciones a la altura, o no me gustan, pues tiraré de repertorio de amigos míos cantautores que son la bomba y que no los conoce ni perry. Mientras que haya buenas canciones pues ya está, si yo soy capaz de hacer buenas canciones, y es lo que me encantaría, que pasara, pues palante, pero no hacer cualquier cosa, que eso es lo más fácil.” Dos de las nuevas, las cantó en su recital, Ahora y Será mejor, que presento como el “gran his [sic]”, del próximo disco. Un disco sobre el que tiene una cierta prevención: “Yo tengo millones de miedos. Y el primero que tengo es el segundo disco, porque es complicado llegar al punto en el que estoy ahora, pero yo creo que es casi más complicado el segundo, y mantenerse. Muy pocos se han consagrado. Tengo que preocuparme mucho más por eso, por hacer buenas canciones; y por cada directo que haga, hacerlo como si fuera el último. Y solo así supongo que esto seguirá. No lo sé…

Y a partir de aquí hablamos de otras muchas cosas:

De la Cultura: “Nada más que lo del 21%, es que eso es una risa. Las ayudas culturales que hay, eso es ridículo. Pero es que encima están haciendo que encarezcas los teatros, el cine, todo. No se valora la cultura. Yo cobro por muchas cosas, no solo por tocar, pero los músicos que montan en las bandas de los grandes, cuando dejan la gira, ¿qué? No tienen seguridad social, no tienen un paro, no tienen nada; que en otros países sí que tienen. Pero ha musicazos, que se están comiendo los mocos y que lo están pasando mal. ¿Eso qué es? Te dan ganas de salir pitando de aquí. Estamos hablando del país en el que la que más libros vende es Belén Esteban. Partiendo de ahí, ¿qué? Y la música, pues… yo respeto mucho a los compañeros que suenan en las cadenas, ¡donde yo sueno ahora! [reía]; pero lo que yo realmente escucho, no lo conoce ni perry, y me parece que están a un nivel de calidad…[volvía a reír]”

De ella, como letrista: “Yo soy un moco. Según con quien me compares, porque con la gente que yo me comparo…[reía] Lo bueno que sí tienen mis letras, que son tan sencillas y tan populares, que la gente se ve identificada y por eso se engancha, y eso tampoco quiero perderlo. Pero lo ideal es tener ese grado de popularidad en tus letras, y de calidad. Yo creo que, por ejemplo, lo tiene Jorge Drexler. Todo el mundo entiende sus letras, pero escribe de la leche. Eso es lo que hay que perseguir.

De sus influencias musicales: “Lo que yo empecé a mamar fue el folclore manchego, manchegas, jotas y todo esto; coplas, que es lo que me cantaba mi madre y mis abuelos; luego, cantautores, Aute, Sabina, Silvio, Atahualpa Yupanqui, Chavela Vargas… Los de siempre. Y luego en la adolescencia, lo que más he escuchado ha sido rock y punk. A mí me Extremoduro me vuelve loca, y Soziedad Alkoholika me parece un grupazo. La gente, cuando me ve en los festivales de punk, no lo entiende: La moñas ésta, ¿qué hace aquí? El flamenco, evidentemente. Me he empapado de Camarón. Ahora me gusta mucho Miguel Poveda, Arcángel, Mayte Martín. Y luego, música como más fusionada Calle 13. Y cantautores como Drexler; Kevin Johansen; Bebe, la he escuchado y tengo influencia; Martirio; Carmen París

De las redes sociales: “A mí el youtube me lo ha dado todo. Antes de sacar el disco, grabamos en su salón unos acústicos, y de repente esos acústicos los escuchaban en México, en Colombia, en… Y empezaba a tener visitas, y visitas, y visitas. ¿Que se lo descarguen?, se lo están descargando, pero te están escuchando. Pero luego, ¿quién te reconoce a ti eso? Lo pueden escuchar un montón de gente, pero tú no ves ahí beneficio.”

De su vida actual: “Ahora siento que he mejorado en un montón de cosas. Que estoy, también más tranquila. Vivía en todo el centro de Madrid, y ahora me he ido a una casa, más barata, mucho más grande, pero claro, está lejos; en la que tengo una chimenea, un fuego, que eso te tranquiliza muchísimo; intento no ver la tele, las pocas cosas interesantes las puedes ver por internet; leer, escuchar música; tengo mis animales, que para mí también es como importante; también me he enamorado, y eso me ha empujado a irme. Pero en realidad, es lo que he buscado siempre. Y compartir las cosas con tus amigos y con los tuyos. Es lo más importante.

Su recital en Barcelona acabó, después de casi dos horas, con el tango Volver, cantado a capela por ella, con: “La intención de que nos volvamos a encontrarnos pronto”, como dijo. Nosotros, al acabar nuestra conversación, extensa, divertida y provechosa, también nos quedamos con la intención de volvernos a ver y volver a escuchar a Rozalén, con la curiosidad puesta en su futuro. + Info | Escucha el programa | Federico Francesch | DESAFINADO RADIO