Richard Bona / The ten shades of blues
Richard Bona
“The ten shades of blues”
Universal Music, 2009
Tras un disco vital, alegre, festivo y en directo, como fue Bona makes you sweat, y tras el renombrado Tiki de 2006, Richard Bona nos ofrece material nuevo, de consumo necesario para neuronas estresadas que necesitan huir del mundanal ruido y recuperar sentimientos, sentidos y energía. El camerunés, afincado en Estados Unidos, que comenzó con su bajo siguiendo la estela del gran Jaco Pastorius, vuelve a seducirnos con su voz, con su manera de trabajar, pero especialmente con su sentido creativo.
En The ten shades of blues vuelve a jugar y a combinar ritmos, estilos y sonoridades pensando en el blues, aunque sea de una forma peculiar y personal manera de entender el blues. De entrada, el trabajo se inicia con una breve introducción o ensoñación sonora para posteriormente regalarnos la inicial Shiva mantra, sin duda la pieza más sorprendente y cariñosa de todo el disco. Con sonidos hindús, próximos al Bollywood más refinado, el camerunés se deja acompañar por toda una eminencia en la India, el cantante y compositor Shankar Mahadevan, además de Nandini Srikar. Los sonidos próximos a oriente también tienen un hueco en el tema Sona moyo, en donde se suman a las especias más olorosas del continente africano. Con un tema tan embriagador y sugerente como éste, el artista luego nos devuelve al sonido más occidental de Good times en donde hace gala de su voz, aproximándola a registros propios del Stevie Wonder más soul y blues.
El sonido africano más próximo a lo que podríamos denominar clásico en Richard Bona se concentra en Mbemba Mama, en donde con la ayuda del guitarrista francés Sylvain Luc, parecen querer bajar la intensidad rítmica de la pieza, aunque no la emotiva, mientras que en la siguiente, Kurumalete, el bajista parece querer ser un todo en cierta experimentación acerca de la fusión, los ritmos y la electrónica más juguetona. Además, la dulce y acogedora voz de Bona nos envuelve en una suave danza de esencias propias de su Camerún natal. Por otra parte, en African cowboy, el blues se vuelve prácticamente country con la incorporación del banjo de Ryan Cavanaugh, dejando el sonido más blues –el de verdad- para el tema Yara’s blues, con Bert Van den Brink en los teclados.
The ten shades of blues parece querer salirse del sonido habitual de Bona, sin que por eso se traicione a sí mismo. El bajista y cantante parece encontrar nuevas vías, nuevas combinaciones melódicas y su voz consigue alcanzar momentos de éxtasis sin romper barreras o límites. Con sencillez y mucha delicadeza parece querer abrazarnos transmitiendo vitalidad y energía positiva. Su bajo, casi su sexto sentido, siendo virtuoso, ni protagoniza, ni destaca, simplemente se muestra con elegancia, luciendo allí donde debe hacerlo, como en la última Camer Secrets. Quizás habrá que pensar que en la delicadeza está la joya del convencimiento. O eso, o que Bona sigue en la senda de la fortuna y la belleza. Myspace . Relacionados // Antonio Álvarez