Pirineos Sur 2011
Pirineos Sur 2011. XX Festival Internacional de las Culturas.
Del 14 al 31 de julio. Lanuza, Sallent de Gállego. Huesca.
Veinte años. Veinte ediciones. Un sincero ¡¡ Felicidades!! a un festival pionero en este país. Felicidades a su equipo, a su público y “a su gente” (concepto complejo que aúna los dos términos iniciales y va más allá…).
No es mi deseo meterme en asuntos sentimentales que al lector ni le van ni le vienen, y que harían de esta introducción algo farragoso. Mucho menos pretendo alcanzar el nivel “batallitas del abuelo”, redactando en este escrito la multitud de experiencias, musicales o no, vividas por el abajo firmante en el marco del Festival Internacional de las Culturas Pirineos Sur. Teniendo en cuenta la situación de la política e industria cultural durante la España del 92, ilusionadas pero en pañales, mantenerse con la que se nos avecina, se convertirá, seguro, en un aliciente más.
Veinteava edición de Pirineos Sur, y tras viajar a lo largo y ancho del planeta, alto en el camino para echar una mirada a aquello que, por más cercano, tal vez menos apreciamos. Tribus ibéricas. Recorrido intenso por las propuestas musicales de la península que acoge nuestros pies: Rào Kyao, La Troba Kung-Fú, Antònia Font, Depedro, Eliseo Parra con Tactequeté, Albert Pla y Pascal Comelade, Mercedes Peón, Miquel Gil, Zenet, Trivium Klezmer, La Musgaña y Kroke, Miguel Poveda, el homenaje a Manuel Tejuela…. junto a las actuaciones, que por más allende los mares, menos instauradas en el recuerdo colectivo peninsular, de Rubén Blades o Andrés Calamaro; o la coproducción Tranzik, en la que Pirineos Sur aúna esfuerzos junto a los festivales L’Boulevard de Casablanca y Festa 2H de Dakar.
Créanme que siento no poder contarles nada, en primera persona, de esos primeros e intensos once días de festival. La vida se llena de responsabilidades.
Plántome ilusionado, el lunes 25, frente al escenario de Sallent de Gállego, ante la propuesta de los portugueses Orelha Negra. Batería, bajo, teclados, dos platos y ordenadores portátiles. Todo ello para crear con el pasado, característica intrínseca de lo que simplificamos con el término “Música negra”. Ante un público entregado y con ganas, no lo lograron. Porque de África a América (toda ella, de sur a norte), del Blues al Rock, del Soul al Funk, del Funk al Hip Hop… hay que sudar, hay que mirar al público a la cara, sentir como propios los temas del pasado, saltarse el set list, decir aunque no se abra la boca: <<Este es mi ritmo, este es mi groove… hace calor, va a subir más la temperatura y… vais a mover el culo, queráis o no>>
Una de cal, otra de arena. El martes 26, su compatriota Katia Guerreiro dejó el pabellón bien alto. Porque cree, porque vive, porque disfruta el fado. Si importante es la voz, el portento es lo que la saca de dentro, aquello que los flamencos llaman “el duende”, y que contagia pasiones.
A la par anduvieron un día después Oreka TX con su infalible Nömadak Tx. Harkaitz Martínez e Igor Otxoa, habituales entre la “gente del festival”, nos invitaron a unirnos a su caravana nómada, y a través de su txalaparta, descubrimos que las sonoridades siempre aúnan. De los pueblos de los desiertos del norte, a los de los desiertos del sur; de las grandes estepas de los Kanes, hasta las orillas de los ríos sagrados. Todo ello con una sonrisa en el rostro, la forma más simple de evitar la grandilocuencia, de abrir puertas. Aunque en esta ocasión la única compañera de viaje que pudo subirse de manera “real” a las tablas del escenario de Sallent fue la saharaui Aziza Brahim, Nömadak Tx no perdió ni un ápice su fuerza vital.
Noche ecléctica la del jueves 28. En el Auditorio de Lanuza, Russian Red y Kiko Veneno.
Primera vez que veía en directo a Lourdes Hernández y gratamente sorprendido. Reconozco que no es el tipo de música que forma parte de mi discoteca, pero la sonoridad de su nuevo disco, Fuerteventura (Sony BMG, 2011), ha conseguido atraer mi atención laboral y la de los que me rodean. Una producción cuidadísima a manos del reconocido Tony Doogen, para obtener un aire añejo de categoría. ¿Cómo se defendería Lourdes en directo?
Si al empezar el concierto pensé que con el nivel de audio nos iban a achicharrar, al acabar la primera canción ya estaba diciendo: <<¡¡ Impecable!!>>
Un concierto correctísimo, con un sonido excelente, una banda rodada, compenetrada y una actitud de entrega que logró desvanecer, de la mente de más de uno, la pregunta: ¿Qué pinta Russian Red aquí?
Y no señoras y señores. No hubo estampida ni separación de públicos. La misma media bandera que ocupó el Auditorio en la primera parte, se mantuvo en la segunda para presenciar al gran Kiko.
De Sevilla a Lanuza “oficialmente” por primera vez: <<Que en veinte ediciones no lo habíamos tenido nunca en frente. ¡Que sí señor! Que ya era hora. Que qué mejor lugar que éste. Que ya verás que bien esta noche…>>, eran los comentarios que se escucharon a lo largo de la jornada del jueves.
Y no defraudó porque le tenía ganas y le teníamos ganas. Porque empezó despacito que hace fresco. Porque le fue echando leña a la candela poquito a poco, sin prisas. Suavecito desde su último Dice la gente (Warner Music, 2010), cogiendo carrerilla, que todo es cuesta abajo, que nos tienes encandilados, que danos Veneno (CBS, 1977), que Échate un cantecito (BMG-Ariola, 1992), que Está muy bien eso del cariño (BMG, 1995), que nos vamos todos a Punta Paloma (BMG, 1997), que vuelve a echarte Puro Veneno (BMG, 1998), que somos La Familia pollo (BMG, 2000) ……… niquelao!!!!
Único baño en las aguas del Auditorio en esta edición. El que conoce el festival sabe que el remojo espontáneo es un indicativo más que suficiente. Sobran palabras.
Frío inicio el del viernes 29. El Guincho arrancaba con su Pop Negro (Young Turks, 2010) ante un público escaso y disperso. Sin embargo fue incapaz de, ni con los sutiles aromas caribeños de su anterior Alegranza (Discoteca Océano, Junk Records, 2008), meterse al respetable en el bolsillo. Algo que sí lograron los portugueses Blasted Mechanism. Más por ganas de la audiencia, cabe señalar, que por méritos propios. Aún así los lisboetas se percataron de las ganas de juerga y tiraron del carro. Esta vez más electro roqueros, con los trajes etno futuristas, su dub sinfónico, su ragga industrial, su tecno pop épico ……
El sábado 30, segundo lleno hasta la bandera tras el provocado por el señor Andrés Calamaro el día 16.
Unos D’Callaos, exultantes ante tal cantidad de público, se encargaron diligentemente de calentar al personal. Los de Terrassa derrocharon voluntad, ilusión y alegría mientras desgranaban su tercer El borde donde se termina el mar (Auto producido, 2010). Disfrutaron sobre el escenario flotante, lo convirtieron en su galeote y, con su flamenquito sin complejos, le dieron aromas sureños a las orillas del mar de Lanuza. Atreverse a algo tan difícil como una fiesta por Bulerías final, demostró valentía, coraje, o para según que purista, insensatez. Lo dicho: tapujos, reservas o cortapisas…. cero. El mundo es de los valientes.
Último concierto de Ojos de Brujo en Pirineos Sur. Último concierto sin Xavi Turull, Paco Lomeña, Ramón Giménez, Dj Panko, Sergio Ramos… Fin del Duende, de la Esencia, la Libertad; fin del Ahora para dar paso a una Corriente Vital a ralentí.
Concierto dual. Entre lo correcto y la falta de Vengue. Lo apropiado y la carencia de Barí. El espectáculo y la escasez de Techarí. Con una parte del público entregada, y la otra levemente contrariada.
Los bailes de la Susi o la aparición del maestro Peret, fueron momentos en que los afligidos recuperaron parte de la alegría. Pequeños retornos a las entrañas, al meollo. Roldán González de Orishas y Kumar, fueron los otros dos invitados.
Unos Ojos de Brujo a medias, que se sentían como en casa (La relación con el festival ha sido larga y fructífera), pero con ganas de rematar su propio fin. www.pirineos-sur.es | Relacionados | Juanjo Peña Martí | Fotos: Pilar Hurtado