Pacifika
Pacifika
«Amor Planeta», Six Degres, 2014
Después de ofrecernos hace dos años, en solitario, su precioso disco, La Jardinera, Silvana Kane, la cantante peruana residente en Vancouver, ha vuelto a grabar con su grupo Pacifika. Es un trabajo que han titulado Amor Planeta y que, a diferencia del suyo en solitario, tiene una base mucho más eléctrica. Pacifika es una variación de la palabra pacífica, con un cambio sutil en la ortografía, pero muy apropiado para una banda multi-cultural: el nombre no es en castellano ni en Inglés. Tomando a la ciudad canadiense de Vancouver como base de operaciones, se han propuesto crear una música que refleje sus intereses compartidos por el pop occidental y las tradiciones de América del Sur, África oriental y el lejano oriente y realmente lo han conseguido.
Lo forman la citada Silvana Kane, el bajista Toby Peter, que se crio en Barbados, y el guitarrista Adam Popowitz, de Canadá. Un grupo cuya gracia es, siendo su música una mezcla de influencias, no querer hacer lo que se entiende por fusión, porque no tienen ningún apriorismo en el momento de construir sus temas, utilizando tanto el rock, la música latina, caribeña, el hip hop o el jazz, como elementos de su lenguaje que es, como ellos dicen, una especie de Esperanto musical.
Tras un primer álbum, Unveiled (2004), su fama empezó realmente a partir del lanzamiento de Asunción, donde ya se perfilaba absolutamente el estilo que les caracteriza. Lanzado en 2008, introdujo esa mezcla de la que hablábamos, con añadidos de indie rock y bossa nova, para completarla. En el siguiente trabajo, Supermagique (2010), Pacifika estilizó su lenguaje, aunque sin por ello dejar de ofrecer momentos en los que su sonido se vuelve más potente.
Amor Planeta da un paso más allá en cuanto a su forma de afrontar la música, aunque manteniendo algunas de sus constantes. La preciosa y sugerente voz de la cantante, protagonista absoluta, no ha variado, por supuesto; los temas, también como en el anterior, están escritos mayoritariamente en castellano, menos uno y medio (en Supermagique incluso se atrevían con el francés); también se mantienen las mezclas de instrumentos eléctricos y acústicos, dependiendo del tema; o la composición y arreglos de forma conjunta, por parte de todo el grupo.
Pero también han introducido novedades respecto a los anteriores. La más importante, posiblemente, es que si en los antes los tres músicos se reunían en el estudio y tocaban los temas a la vez, en este caso han sido el bajista y el guitarrista los que han preparado las bases sobre las que, posteriormente ha grabado la cantante, haciéndolo extensivo también a la composición de algunos temas. También el haber añadido al trompetista Malcolm Aiken en cinco de los temas, ha rebajado en parte el sonido electrónico de los anteriores trabajos, dándole un aire más fresco a éste. En cambio aquí las guitarras tienen más protagonismo que en los tres primeros discos, con momentos incluso muy potentes.
Empieza el trabajo con la canción Corre ya. Es la preciosa y suave voz de Silvana Kane, en solitario, la que abre el tema, a la que enseguida se le añade una guitarra acústica, una segunda voz, de la misma cantante, el bajo y la percusión, para a continuación, entrar ya los elementos eléctricos. La letra, en castellano, nos habla de la enamorada que ve cómo va cambiando la persona a la que ama.
“Yo Te Amo es una declaración que expresa el amor confiado hacia el exterior de los que realmente se preocupan por alguien«, dice Silvana Kane hablando de la segunda canción del disco. Como en la práctica totalidad de los temas ella misma dobla su voz y añade coros al tema, nuevamente en castellano, con un principio en el que habla simultáneamente por los dos canales estéreos hasta que empieza la melodía, de ritmo cercano al reggae.
En Satélites, a ritmo de bossa nova, interviene por primera vez la trompeta de Malcolm Aiken, apoyado por la percusión por Richard Brown y Elliot Polsky, para crear una atmosfera divertida, como dice Silvana Kane, que, explica, lo mucho que le gustó compartir con la trompeta una misma pista y jugar con ella y su voz, mientras ella canta: “Te llevo dentro de mí desde que te vi”.
En So Much Here, único tema que cantan completamente en inglés, volvemos a la música reggae, esta vez de forma más explícita, con una trompeta a lo Help Albert, mientras cantan el tema con una intención: “Se trata de disfrutar el presente y celebrar lo que tenemos en un mundo que está ocupado y agitado. Como grupo estamos interesados en hacer música, toda una experiencia para la gente que está llena de energía positiva”, comentan.
Panamericana cuenta con un riff de Jimmy Page, durante toda la canción, que sirve de base para presentarnos uno de los temas más potentes del trabajo, con la Panamericana como protagonista como medio para trasladarse de un lugar a otro.
Sal y Brisa empieza con los acordes apresurados de una guitarra acústica y la voz de la cantante, como lejana, que nos explica un paseo por la playa que le produce bienestar. La entrada del resto de instrumentos y la trompeta con sordina, y su voz doblada nuevamente por ella, todos sobre un ritmo machacón, se interrumpe, de pronto, con un pasaje de estructura onírica, hasta que vuelve al tempo original.
En Sueños retomamos a aquel Pacifika más acústico, apoyado principalmente por la voz de la cantante. Uno de los temas más interesantes, a nuestro gusto, del trabajo, con su voz apoyada por los coros que hace ella misma y sus compañeros, con un fondo de guitarra, una suave trompeta y unas cuidadas y delicadas percusiones. «Esa canción es un paisaje de ensueño rural que nos habla de una mujer el día de su boda — dice Kane— que está pidiendo a la luna que vele por ella en sus sueños”.
Las bellezas, comienza de forma mínimal, con una leve percusión y sonidos de guitarra amplias, nuevamente con la voz de ella doblada, antes de explotar en un poderoso homenaje de funk electrónico, mezcla de las influencias sudamericanas de la cantante y de las rockeras de Adam Popowitz, que finalmente se imponen en el tema, convirtiéndose, junto a Panamericana en la canción más dura del trabajo.
En Bring it se alterna el inglés que, casi rapeando, nos cantan ellos, mientras Silvana Kane lo hace en castellano, con un ritmo de influencias caribeñas, pero con elementos de percusión muy marcados y unas guitarras y un bajo potentes que irrumpen a mitad del tema.
Acaba el trabajo con Soledad, donde la cantante doblándose, nos habla de su soledad después de haber perdido a quien estaba con ella. Y para corroborarlo en toda la primera parte de la canción solo están sus voces y una guitarra, de la misma manera que acaba el tema, mientras en el centro de la composición intervienen otros instrumentos que le dan fuerza.
Para Silvana Kane, el título del disco Amor Planeta es muy similar al contenido del mismo: “Habla del amor en sus diversas formas: amor por la naturaleza, el amor de otro, el amor que se pierde, el amor que es eterno; básicamente todo lo que nos hace ser lo que somos como seres humanos«. En una sociedad que cada día se corre más, el ambiente relajado que crean las canciones de este trío puede ser un antídoto a la agitación de la vida diaria. “Todos estaríamos mejor si nos adaptáramos a un planeta tan lleno de amor como éste”, dicen, y concluyen: “Esperemos que después de haber escuchado nuestro disco haya aumentado su capacidad para estar alegre” + Info | Escucha el programa | Federico Francesch | DESAFINADO RADIO