Norig
Antes de entrar en materia habría que anotar que gadji es una voz del vocabulario romaní que se utiliza para designar a una persona que no es gitana, lo que aquí sería el equivalente a los términos de “gacho“ o “payo“. También se usa para referirse a los gitanos que incumplen los códigos morales y tradicionales propios de su etnia. En este caso la cantante Norig puede considerarse como una “impura”, en el sentido de que es un francesa de ascendencia catalana que incorpora a su bagaje musical el legado romaní. Mas no se sonrojen porque lo hace con mucho respeto y elegancia. Esta artista de etérea voz, y pasado musical adscrito a los círculos de la música celta, quedó abducida del universo melómano zíngaro tras visionar la película El tiempo de los gitanos, de Emir Kusturica. Con este llamativo pretexto se hace acompañar de dos sobresalientes instrumentistas: Sebastien Ginaux (guitarra y cello) y Victor Coman (acordeón). Lo primero que se descubre al escuchar la primera canción del disco es una voz celestial con una espiritualidad equiparable a la de Lorena McKenitt. Y es que Ederlezi tiene aires de balada algodonosa y es un tema que equidista bastante de las canciones de celebración zíngaras propias de las bodas o bautizos. A ello contribuye la textura celta de la voz de nuestra protagonista. Más la rítmica fiestera asoma en Abeáv, un número de corte manouche con una guitarra digna del mismísimo Django Reinhart y un violín juguetón en la estela de Stephane Grappelli. Estos son los dos polos opuestos en los que se mueven las soberbias cuerdas vocales de Norig. Eso si, los amantes de la música tzigane no esperen encontrar en este disco la marcha explosiva de la Fanfare Ciocarlia o Taraf de Haidouks, sino una colección de sugerentes tonadas en las que prevalece el sosiego (Jag cumidos, en la que se acompaña del genial vocalista caboverdiano Teofilo Chantre, o Tsibilo) e incluso se descubren barruntos de tango (Me Cajorri) y chanson francesa (Gadji y Les p´tits papiers, esta última del universal Serge Gainsbourg). Entre los temas que más llegan al corazón se encuentra la emotiva canción tradicional Soven Chave, con unos arreglos de cello propios de la música de cámara barroca. Exquisito en los arreglos, este Gadji es un disco ideal para degustar en una romántica cena a la luz de unas velas. www.norig.fr // Miguel Ángel Sánchez Gárate