Moussu T e Lei Jovents
Moussu T e Lei Jovents
”Forever polida”
Manivette Records / Harmonia Mundi
http://moussut.ohaime.com
Aviso ya de entrada que Mademoiselle Marseille (Manivette Records, 2005), el estreno discográfico de este trío marsellés, fue uno de mis discos preferidos del invierno de 2006. Así que para mí supuso toda una alegría enterarme de la aparición de su segunda entrega, a pesar de los condicionantes que canciones como Lo gabian, Bolega banjò o A la ciotat, ya instaladas para siempre en ese rincón del cerebro que parece indeleble al paso del tiempo, pudieran ejercer. Con calma, poco a poco, he ido entrando en el universo de Forever polida, que no presenta demasiados cambios respecto a Mademoiselle Marseille. ¿Acaso los necesita? Porque vuelve a ser una delicia a escuchar al trío interpretar piezas como Ò que calor!, Les plaisirs de la pêche o Boulevard Bertolucci. Junto a las síncopas amables y precisas del percusionista nordestino Jamilson y el sonido del banjo de Blu trasladándonos al sur estadounidense (ahí está el bluesQuand tu n’as que des bons amis), al Caribe jamaicano y martiniqués (la mencionada Boulevard Bertolucci) o a las esencias de la canción provenzal (el precioso tema final Per soleta companhia), la voz de Tatou, en francés o en occitano, mantiene ese carácter socarrón, irónico y portuario que ya nos enamorara cuando estaba al frente de Massilia Sound System, formación histórica y seminal para entender la actual bouillabaisse musical de Marsella. Las señas de identidad definidas en el primer disco de Moussu T e Lei Jovents siguen presentes: la tradición occitana y la música afro-americana, la evocación de la Marsella portuaria y cosmopolita de los años veinte y treinta, la recuperación del legado de artistas de hace siete, ocho o nueve décadas vinculados a esa ciudad, como el escritor Claude McKay o el compositor Vincent Scotto (suya es Les plaisirs de la pêche)… Tal vez este segundo trabajo sea algo más reflexivo, como si el grupo quisiera presentar la otra cara de la moneda, mostrarnos distintas opciones de un mismo proyecto. Sólo queda agradecérselo y disfrutarlo. // Jordi Urpi