Miguel Poveda

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Miguel PovedaMiguel Poveda
Barcelona, L’Auditori
27 de enero de 2007

Hace más de diez años, Bigas Luna acertaba de lleno vistiendo a Miguel Poveda de ángel para su película La teta i la lluna. Porque Poveda, definitivamente, no es de este mundo. En L’Auditori de Barcelona presentó su nuevo disco, Tierra de calma (Discmedi, 2006), un regreso al flamenco "esencial" tras los experimentos heterodoxos de Desglaç (Discmedi, 2005). Le acompañaron en el concierto su grupo y el guitarrista Juan Carlos Romero, coartífice del disco. La fórmula no tuvo misterios: recorrido por el disco, tema a tema, con tres interludios (alegrías, tientos y bulerías de Jerez) que fueron las únicas sorpresas. Los momentos álgidos vinieron con la colaboración de Diego Amador al piano jondo y experimental, tan poco terrenal como el propio Poveda, y con la bailaora contemporánea Rocío Molina, demostrando que, por mucho que Miguel Poveda se quiera poner clásico, el riesgo, la curiosidad y todas esas cosas que le hacen ser tan grande se le escapan de la mano y acaban saliendo, afortunadamente, a la luz. La noche fue lo que tenía que ser: un cantaor maravilloso, mimado con total merecimiento, un público feliz de escucharlo y todos retozando en un bálsamo de belleza sin sobresaltos. Eso sí, no nos cansaremos de decirlo: L’Auditori, forrado en madera por una mente arquitectónica brillante, cruje ¡estruendosamente! incluso bajo los movimientos del técnico en la mesa de sonido. En Barcelona, chapuza grande, ande o no ande. // Brigitte Vasallo