Miguel Poveda
De Cajón! Festival Flamenco de Barcelona
Gran Teatro del Lice. Barcelona, 23 de diciembre del 2012
Poveda iniciaba el festival De Cajón y al mismo tiempo daba el último concierto del año de su espectáculo Artesano. Al salir del teatro y comprobar que el concierto había durado tres horas y media, te das cuenta que este hombre es un caso aparte dentro de la música (sea del estilo que sea) en todo el tiempo que duró el espectáculo, sólo descansó un tema instrumental, el resto se lo trabajó como solo los artesanos saben hacerlo, con amor, paciencia, templanza y mucho arte. Empezó con Con- vivencia , esa soleá apolá que tan bien define su concepto del flamenco, esa manera que tiene Miguel de dotar a su cante de libertad absoluta, que no quiere decir hacer flamenquito sino respetar los cantes como se merecen, a todos. Siguió con fandangos, unas alegrías con toda la maquinaria en marcha, tres palmeros, dos guitarras, dos percusiones y baile. Nos prometió un viaje por Triana, Cádiz y Jerez y lo cumplió. Supo acercarse a los cantes de levante y los bordó (por eso tiene la lámpara). Se permitía el lujo de seleccionar sobre la marcha si hacía Serafino o dedicaba a Fernando Terremoto, al final hacía un minuto de cada uno, para cumplir con todos, como si le faltase tiempo para darnos todo lo que quería. Hizo unas seguirillas acompañado de Manuel Parrilla a la guitarra que ponían los pelos de punta, dejando claro que en flamenco ahora mismo es de lo mejor que puedas escuchar y así tranquilamente podía pasarse a otra cosa. La Ruiseñora por bulerías servía de puente para entrar en la segunda parte de la noche, en el nexo de unión una bailaora con un palo de agua, dejando claro que el concepto que tiene Poveda de espectáculo va mucho más allá del típico cuadro flamenco para guiris. Este espectáculo tiene todas las posibilidades para triunfar tanto sea en Japón como en Sevilla. Empezó la copla y lo hizo sin acompañamiento, con su voz modulando varias coplas famosas dando a entender que las podría cantar todas en el baño y perfectamente entonadas. Cambió los músicos y escogió al maestro Amargós al piano, agradeciéndole los arreglos para poder cantar las coplas de siempre como las entiende Poveda, una maravilla. Y llegó el bolero, el invitado era Moncho, un par de boleros cantados a dúo, siguieron otros temas que daban la seguridad de que si Poveda hiciese pop, también se adueñaría del público (esperemos que no ocurra) quiso ir acabando con un homenaje a Camarón y su Leyenda del tiempo, pero era imposible. Le hicieron cantar un villancico, con todos los músicos en plan de fiesta gitana y ya que estaba puesto todavía se atrevió con La bien paga, lo dicho tres horas y media de arte sano. + info | relacionados | Candido Querol