JD McPherson
JD McPherson
Sala Sol (Madrid) 10 de noviembre, 2011
Tras su paso por los Starkweather Boys, JD McPherson abría en Madrid su agotador tour español en solitario, que cerrará el próximo día 18 de noviembre en Barcelona. El llenazo absoluto de la sala ya puso de manifiesto el interés de ver en directo la puesta en escena de su aclamado disco de debut, Signs & Signifiers (2010, Hi-Style Records). Natural de Oklahoma, la imagen de este guitarrista está lejos de la de un redneck de la América profunda. Su propuesta es puro rockabilly “de raíz”, el rhythm & blues y el soul clásico que popularizó el sello Atlantic en los años ’50 y principios de los ’60 del pasado siglo: canciones rápidas, montadas sobre tres o cuatro acordes tocados a una velocidad endiablada en apenas tres minutos, con una voz muy negra y desgarrada, y mucha, mucha agilidad y sentimiento. Una actuación de McPherson puede convidar a los asistentes a engominarse el tupé, ceñirse los tejanos de pitillo, calzarse las botas vaqueras y afilarse las patillazas, pero su música no suena nada fuera de lugar gracias al revival rocketa heredado por la pasión de los antiguos Stray Cats, Joe Strummer o Willy DeVille y que renovaron ciertos continuadores como Imelda May, Richard Hawley, la orquesta surrealista de Elvis Schoenberg o el proyecto de revisionismo swing del veterano Brian Setzer. De la mano de McPherson se pasean la histeria de Little Richards, la rabia de Chuck Berry, las atmósferas densas de las salas humeantes del viejo Chicago, con aires vitalistas de Nueva Orleans, el macarrismo de Bo Diddley y guiños a la crudeza de Howlin’ Wolf (Wolf Teeth) y Screamin’ Jay Hawking (A Gentle Awakening), sin que desentonen para nada en un estilo que McPherson ha hecho personal. Aunque estuvo un poco tocado de la garganta –según confesó, por culpa del aire acondicionado del avión–, McPherson se entregó a fondo. El contrabajista (Jimmy Sutton) estuvo deslumbrante, y hasta cantó un tema entero. El batería fue Alex Hall, de los Modern Sounds, un tipo muy técnico, muy jazzy, pero sin alardes, siempre al servicio de la banda. El saxofonista Jonathan Doyle complementó el cuarteto. El conjunto interpretó íntegramente el único disco de la formación (Scandalous, Dimes for nickels, Country Boy, I Can’t Complain, Your Love, Fire Bug, Scratching Circles y, por supuesto, el acelerado y sudoroso hit North Side Gal) y algún que otro cover (como una versión de los Bellfuries) a lo largo de la hora y media del concierto, sin contar los cuatro bises. Una experiencia intensa, brillante, y que dejó con ganas de repetir. | www.jdmcpherson.com | Relacionados | Iván Sánchez-Moreno y Sergio Jiménez