Marina Heredia
SFB El Dorado. Sala Sandaru, 27 de septiembre de 2018
Cualquier aficionado sabe que la granaina Marina Heredia es una de las voces más relevantes del flamenco actual y que además tiene la sabiduría de hacer que el cante suyo se disfrute fácilmente, no solo porque tiene una voz bonita sino porque sabe regalarte el oído con esa manera de manejarse dentro de las canciones. Además traía a su escudero fiel, José Quevedo “Bolita” el jerezano sabe acompañar y sabe trabajar en sus espacios, no pretende impresionar pero sí que consigue arrancar esa sonrisa cómplice en el público, en muchos momentos me ha recordado la picaresca del gran maestro y paisano suyo, Moraito. Salió sola Heredia para ofrecernos la Salmodia de la sentencia de Pilatos, comienzo prometedor por la novedad. Sale Bolita y arranca con una Milonga, estuvo genial el jerezano, con una presentación del tema que sonó grande, muy grande. Y también Heredia estuvo perfecta, la cosa prometía. Se fue a por un abanico (la noche estaba caliente) y anunció que seguiría por Seguiriyas. Ni la presentación de Bolita ni el cante de Heredia tuvieron para mí, la negrura que merecen las seguiriyas, anduvieron ambos por lo académico más que por lo hondo. Pero una de cal y otra de arena, quiso acordarse de Adela La Chaqueta y su manera de cantar el Cuplé por bulerías, y de repente el universo de la copla por Buleria (que yo, inocente, creía perteneciente sólo a Bambino) inundó la sala y disfrutamos de lo lindo. Se van por Malagueñas pero desde un principio parecen pensar más en como llegaran a los abandolaos que no en afrontar ese hermoso cante desde la tragedia. Aunque Bolita quiere que cante más arriba, Heredia se mantiene por abajo y por eso está más cómoda en los cantes festeros, como tangos y bulerías. Hay unas alegrías en que ambos están muy acertados, el brillo del jerezano vuelve a despertar guiños y sonrisas entre un público más que entregado. Hay unas bulerías finales que enseguida las lleva al mundo de la canción, yéndose adelante ya sin micro para regalarnos El Compromiso y Se nos perdió el amor. Público entregado que la despide de pie. No tiene más remedio que volver a salir. Nos promete unos cantes por solea. La guitarra de Bolita (ahora sí que la va a llevar arriba) nos hace soñar y empieza una solea que vale un imperio, pero bien sea por que el calor no le va a permitir seguir mucho rato, o porque le apetece, con ese desparpajo y tablas que tiene Marina Heredia decide cambiar sobre la marcha a unos fandangos, con los que cierra una noche de buen cante. + info | relacionados | Fotos: Joan Cortès Benages.