Maceo Parker con la WDR Big Band de Colonia.
Maceo Parker con la WDR Big Band de Colonia.
Veranos de la villa
Patio Central de Conde Duque. Madrid
24 de julio de 2008
Sólo siete entradas se quedaron sin vender para ver el sueño de Maceo Parker de tocar junto a una big band, en este caso la WDR BIG BAND de Colonia.
La hora oficial de todos los conciertos en estos Veranos de la Villa es a las 21:30, pero todo concierto tiene una hora extra oficial para quedar, ambientarse, tomarse algo antes del evento e ir entrando en materia. Llegar a un bolo y entrar directamente sin empaparse del ambiente es un proceso muy frío del que no soy partidario. Una hora de antelación es tiempo suficiente para poder disfrutar del ritual del que les acabo de hablar. Para la ocasión, mi compañero de fatigas escogido es un grandísimo amigo de hace muchos años. Una persona que posee una gran cantidad de virtudes, pero que nunca se ha llevado bien con la puntualidad. Si a eso le sumamos un virus gástrico de inminente aparición que le dejó con un aspecto de color amarillento más que preocupante, su aparición a las 21:20, a diez minutos del concierto, la voy a tener que dejar en paso esta vez…
Y dicho y hecho. Entramos, buscamos un sitio donde aposentar el casco de la moto y ya de paso el trasero de mi dolorido acompañante, y con la puntualidad que caracteriza los eventos del Patio Central del Conde Duque, no vaya a ser que a las 00:01 suene alguna nota y algún vecino de la zona se pueda cabrear, aparecieron por escena los 18 músicos que acompañarían a Maceo Parker el resto de la noche, y que bajo la dirección de Michael Abene, arreglista también de todos los temas, iban a hacer vibrar a todos los allí presentes.
El concierto estuvo dividido en dos partes diferenciadas. Una primera parte dedicada a la figura de Ray Charles, de quien Maceo Parker se siente inspirado según sus palabras, y de quien han hecho una selección de sus mejores temas para grabar el disco Roots and Grooves. A base de arreglos jazzísticos, de toques soul y obviamente rock and roll, Maceo Parker y la WDR Big Band fueron desgranando clásicos del mitico Ray Charles, donde destacaron por ser ya temas universales: Hit the Road Jack y Georgia on my mind.
Esta primera parte del concierto, entre que el sol no se acababa de poner, hubo muchos solos de viento, tocaron un par de baladas y canciones a medio tiempo, mi compañero se iba encontrando peor, y otras situaciones hicieron que fuese una hora de deleite musical para las oídos más que para el ánimo.
De esta forma llegamos al descanso de quince minutos entre una parte y otra, momento que aprovechó mi convaleciente amigo para abandonar la nave en busca del reposo del hogar. Así que allí me ví solo, esperando a que comenzase una segunda parte en la que el saxofonista que ha formado parte de bandas como la de James Brown, o trabajado junto a figuras como George Clinton o Prince, hiciera un repaso a su prolífica carrera en solitario.
Pero no pasaron ni dos minutos hasta que, como suele ser habitual en los conciertos, me encontrase con alguien conocido. Esta vez fue una de esas amigas que te regala las situaciones de la vida, a la que hacía como tres años que no veía, pero con quien encontrarse es como si no hubiera pasado el tiempo. Así que a ella y a su grupo de amigos, que me acogió como si fuese uno más, me acoplé lo que quedaba de concierto. Y quedaba lo mejor. Funky, funky y funky. Con la base rítmica a cargo de Poogie Bell, batería de la banda de Miller Davis, el bajo titular de Rodney ´Skeet´ Curtis, los arreglos de la WDR BIG Band, el saxofón de Maceo Parker sonó como yo nunca lo había escuchado. Puede que el buenísimo ambiente que me rodeaba, el calor de la noche, y que entre el grupo de personas entre los que me encontraba no parasen de rular minis de cerveza y alguna que otra cosa, ayudara a que me sonara aquello mejor que nunca. Pero como lo que cuenta es lo que uno sintió y vivió, pues me toca decir y compartir con ustedes que asistimos a una auténtica explosión del más estiloso funky que se pueda escuchar hoy en día, que terminó con el clásico de James Brown: We loves you que puso patas arriba el Patio Central del Conde Duque.
Y no podemos terminar esta crónica de lo sucedido, sin mencionar la labor del técnico de sonido, que consiguió que una orquestación de 20 músicos sonaran como si fuera uno solo. En definitiva, espectacular.
Y llegados a este punto, solo me queda repetir las frase con la que terminó el espectáculo Maceo Parker: “always remember: We loves you”…Maceo (añado yo). // Bruno Freire León