Lila Downs | La música es un regalo
Lila Downs
«La música es un regalo»
Su personalidad volcánica y su voz de sueños te incitan a viajar hacia donde ella quiera poner rumbo. Lila Downs cree en su música, cree en sus mensajes, y cree en el escenario, y nadie puede negarse a acompañarla en su creencia. La mexicana es un talismán de luces, su garganta alberga ríos, y su sola presencia inunda los corazones. Su último disco, Pecados y Milagros es la prueba firme de su poder magnético: engancha. Hoy en día es indiscutible asegurar que Lila Downs es una de las voces más importantes de América Latina.
Estás por España presentando tu último disco Pecados y Milagros, que al poco tiempo de estar a la venta ya era disco de platino. ¿Crees que después de siete discos, tu trabajo ya no necesita presentaciones, se vende solo?
No, yo creo que quizá tiene que ver con el tema del disco, y el momento que vivimos, que es una expresión, lamento y refugio de lo que nos está pasando en México, pero también es un tributo a las cosas positivas que vivimos en mi país. Por eso el título resuena con el público mexicano, y por eso ha habido esas ventas.
También quizá por esa parte tan espiritual que transmite el disco, después del caos en el que hemos convertido el mundo.
Claro… Todo es un caos, y la guerra… Creo que vivimos un momento en el que estamos buscando una fe, aunque los mexicanos nunca la perdemos, y eso que hemos pasado mucho.
¿Cuál es la situación actual de tu país? Aquí sólo llegan noticias terribles…
Sí, en general. Nos duele y nos pesa mucho que haya esa visión de lo que está pasando, aunque igual la gente vive como siempre, tiene las mismas preocupaciones de la vida diaria. Obviamente eso siempre está en nuestro subconsciente, es inevitable mirar las noticias alarmantes, pero al mismo tiempo, creo que te hace reflexionar sobre otras cosas, como qué va a pasar, qué podemos hacer cada uno de nosotros como sociedad civil, quizá para cambiar un poco nuestro destino.
¿Y el disco responde a alguna de esas preguntas?
No, al contrario, creo que las cuestiona más bien, y es lo que me encanta de los proyectos musicales, que promueves un concepto y vas a los escenarios y descubres miles de formas de interpretarlo.
Este disco está basado en los exvotos mexicanos, unos cuadros que la gente dedica a los santos por los milagros concedidos. ¿Qué milagros te concedieron a ti los santos?
Me han dado la vida, he sido renovada porque soy madre de un bebé, y son etapas bien difíciles pero que también te demuestran lo maravillosa que es esta vida. Estoy feliz y sorprendida con las emociones, con lo que sale de mí.
Así que este disco tan renovador y místico es así por la maternidad…
Sí, y un poco también por la edad. Con los años agradeces mucho seguir aquí, hay otros que no han tenido esa fortuna, y también por el arte, que permite expresar de tantas maneras ese misterio.
Pecados y Milagros está dedicado a las molenderas, mujeres indígenas de tu país que muelen el maíz, base de la dieta mexicana. Muchas de tus canciones retratan la imagen más indígena de México. ¿Es tu propia sangre indígena la que se posiciona con ellos, o es la discriminación que padecen lo que hace que quieras prestarles tu voz?Un poco las dos cosas. Se me da genéticamente. Cuando andamos de gira y todo el mundo anda en otro ritmo, yo estoy en mi tiempo indio. Pero también hay otra, me parece bien importante que veamos y representemos las cosas positivas que tenemos en nuestras comunidades y que podemos ofrecerles al mundo y al país para ser tomados en cuenta, y espero que de alguna manera lo que yo hago haya contribuido a mejorar. Hay algunos idiomas indígenas que están en crecimiento, y eso es algo muy positivo y alentador.
Cuando cantas en alguna lengua indígena, ¿sientes algo especial que no sientes cuando cantas en castellano?
Sí, es un diálogo con algo del pasado y está muy presente, y esa es la maravilla.
Una de las canciones más hermosas del disco y que retrata a esas mujeres molenderas es Palomo del comalito.
Sí, porque en mi país las mujeres indígenas son muy marginadas hasta en lo cotidiano. En México los mercados son el corazón de la ciudad, vas al mercado a comprar tu pedazo de pollo, tu quesillo y tus tortillas de maíz, y el maíz es sagrado para nosotros, mi abuela me lo enseñó desde que era muy pequeña. Esas semillas son los hermanitos, nuestra familia, y yo creo que ver a esas mujeres, que son tan fuertes… ¡No creas que son unas víctimas! En mi mundo se merecen un tributo y eso a mí me alimenta, y me da fuerza y me hace recordar lo positivo que tenemos y la maravillosa fuerza que tenemos dentro.
¿Qué otros temas del disco destacas?
Creo que Zapata se queda. Es un tema que me hace sentir desesperación por una parte, pero también duda, y pienso en el destino del mexicano y lo que significa ser, como reconcebir el nacionalismo, que ya no es lo que significaba antes y eso es bien interesante. Lo noto con los jóvenes especialmente, que se identifican mucho con ese personaje… Yo creo que todos, porque es muy universal y traemos todos un poco de él, bien exactamente no puedo definir qué es, pero sé que en México por una parte traemos un rifle y por otra los ideales del concepto de comunidad, como ustedes, que también lo manejan mucho aquí.
También Cruz de olvido, que es un tema un poco religioso y por eso no me había llamado la atención, pero cuando la he cantado en México he visto a la gente llorar, y llorar de rabia, de desahogo, y me ha impresionado mucho porque la música es un regalo.
Eso pasa por como tú la transmites, sin barreras. Tu voz va directa a mover la emoción.
Gracias… Tuve una buena crítica, mi madre, que me decía ‘Pues cantas muy lindo, pero no cantas desde el corazón’, y de eso se trata.
¿Siempre supiste que te dedicarías a la música?
No, cantaba muy naturalmente, pero no me convencía del todo porque no me gustaba esa parte del entretenimiento y por eso cuando descubrí a Mercedes Sosa y estudié antropología me ayudó a reinterpretar y a decir las cosas desde otro punto de vista.
¿Cómo vives el momento de componer?
Son pensamientos o versos, a veces a las tres de la mañana. Últimamente siempre compongo a la medianoche cuando estoy sola, con el silencio… Todo se escucha diferente.
¿Y en cuánto a la musicalidad de este nuevo disco?
Eso fue curioso, porque normalmente tenemos de uno a tres meses para terminar una producción, y en esta ocasión nos tuvimos que apurar, en parte porque hicimos un convenio con el Museo de Arte Nacional de México para comisionar las obras de arte que se hicieron con el disco, y nunca antes habíamos tenido esa presión. Pero por otra parte fue lindo, porque por eso salió más acústico de lo normal. Normalmente yo meto más mano con la electrónica, y no hubo tiempo, pero al mismo tiempo suena bien.
¿Y cómo es el trabajo con esa gran banda que te acompaña, La Misteriosa?
Es muy divertido, es un reto siempre seguir en armonía. Últimamente en estos años hemos formado una familia y también hay mucho respeto cuando nuevos integrantes se unen al grupo, lo que agradezco mucho. Ellos aportan cantidad de elementos de sus países, porque el grupo es muy pluricultural, y cada personaje tiene sus especialidades. Por ejemplo Celso Duarte, que toca el arpa, es mitad paraguayo y mitad mexicano y conoce mucho de sus orígenes, pero también utiliza mucho la world music, y sabe mucho del fado y de la música gallega, y todo eso también se incorpora.
En cuanto a las colaboraciones, te acompañan en este disco Totó La Momposina, Celso Piña y Illya Kuryaki&The Valderramas. ¿Cómo fue esa experiencia?
Muy buena, por cuestiones de tiempo se dieron, porque a veces cada quien anda en su rollo… Los Illya Kuryaki los admiro y me encantó contar con ellos, y doña Totó, somos amigas de tanto tiempo, coincidimos en tantas cosas… Somos muy similares, me encanta estar con ella. Y don Celso, él también es puro corazón.
Siempre has dejado un espacio vital en tus discos para las colaboraciones. ¿Es importante para ti compartir tu música?
Sí, me gusta mucho, no lo hago por cuestiones comerciales, lo hago porque de verdad me interesa, aprendo mucho. Recuerdo cuando colaboré con la Mari, de Chambao, me impresionó cantidad. Los andaluces son muy especiales.
Una novedad del disco, como comentabas, es que ha generado una exposición muy peculiar: catorce artistas plásticos de tu país han interpretado con exvotos tus temas. ¿Cómo surgió esa idea?
Surgió porque conocí la obra de Alfredo Vilches, que terminó siendo uno de ellos, y hay varios pintores contemporáneos, algunos que residen fuera de nuestro país y otros que están en el sur. Algunos son muy irreverentes y otros muy folklóricos en la tradición del exvoto. Fue un poco diferente, puesto que los temas que escogimos y los textos que yo escribí están basados en acontecimientos reales en su mayoría, pero otros son más poéticos, narran una historia un poco fantástica, de personajes que sufren y que están agradeciendo un milagro sucedido. A mi lo que me impresionó fueron los temas modernos. Uno de ellos por las Torres Gemelas, y la persona agradecía que no había ido al trabajo ese día, y es cómico… Sobre el pecado también, había otro de una mujer que engañaba a su marido y por suerte no la descubrió, y agradecía a la virgen el milagro.
Otro proyecto en el que estabas trabajando era la composición musical de Como agua para chocolate que se pretende presentar como musical. ¿Aún sigues en ello?
Sí, llevamos ya dos años haciéndolo y ya de pronto no podremos ni pagar la renta, porque es una inversión muy fuerte, pero me han dicho que de siete a doce años es normal, así que vamos con calma.
Vas a estar estas semanas por nuestro país, mañana actúas en el Palau de la Música… ¿Cómo te acoge aquí el público?
Siempre es muy especial, es un pueblo muy consciente, y eso me encanta, y creo que también es un poco diferente por la parte latina que nos une, queremos gozar y celebrar, y eso todos lo agradecemos, porque tiendo a ser un poco oscura y sentimental y entonces me muy bien celebrar, y celebrar con mezcal además.
¿Cómo te expresas mejor, subida en el escenario, o en el estudio? ¿Qué te gusta más?
Para mí las dos cosas son bien importantes, pero creo que no podría seguir viviendo sin estar en directo, es la esencia y es lo que me da vida. Relacionados | Lila Downs | Silvia Rodríguez