Karen Lugo, Chicuelo & Israel Varela “Golpe de tierra”
Sandaru. Quinzena metropolitana, 11 del 3 del 2021
La mexicana Karen Lugo no es una recién llegada, ya en el 2010 trabajó para Carlos Saura en su película Flamenco, flamenco. En la escena madrileña se mueve con soltura entre Pepe Habichuela, Chano Domínguez o Javier Colina (reyes absolutos de la fusión) Era lógico que el público de El Dorado tuviese ganas de verla en directo y entre el público gente destacada de la percusión como Marc Miralta y Aleix Tobías, además de los socios habituales, buena señal. En el escenario una batería, un perchero con un traje de cola colgado y un silla para el guitarrista. Una mujer metida en un casco de motorista que le sirve como primer instrumento de percusión (unos dedos hábiles que conocen los compases que quieren florecer) y un discurso, un monólogo sobre la muerte y la libertad. Y una pistola que será elemento indispensable para su propuesta. La pistola sirve para amenazar igual que el abanico sirve para morderlo, son elementos que están ahí y ella y solo ella, determina en cada momento como usarlos. Una tragicomedia que a una mujer le produce risa durante todo el concierto y a otros nos produce una tensión difícil de explicar. Lo que sí que queda claro desde el principio hasta el final del espectáculo es que Karen Lugo cree rotundamente en su propuesta, la defiende desde la naturalidad del que explica una historia que está pasando y que parece imposible que pueda existir dos veces. Karen va proponiendo al público su duda sobre si ha venido a bailar o a matar(o matarse) y la duda es real (es un espectáculo con poco baile de “pataditas” pero mucho baile de manos, y sobre todo de ojos). Ojos que disparan, ojos que atraviesan, ojos que no dudan nunca, siempre seguros de su actitud. A Chicuelo lo usa poco, una pena, pero hay un toque por malagueñas que serán difíciles de olvidar. Las ropa la usa casi con desprecio, como si quisiera renegar del “disfraz flamenco” llega a tildarla de (mierda) y usarlo para otras necesidades básicas (esconderse, refugiarse) entre el traje de cola y la bailaora / pistolera, hay dos mundos que se fusionan con naturalidad, dos personajes que en el fondo buscan la libertad que puede y debe dar la danza. Porque aunque el flamenco este muy presente, no olvidemos que estamos ante un espectáculo de danza. Y de ritmo, ahí entra el tercer protagonista, el también mexicano Israel Varela, aun que vive en Roma ha colaborado frecuentemente con Karen Lugo, juntos hicieron Made in México. Varela es un músico total, al igual que Chicuelo se muestra distante de esa parte trágico cómica que les va proponiendo la artista, están a lo que están. Pero si con la expresión no participa con la batería se integra profundamente en el espectáculo, es un músico total, pasa con facilidad de acompañar detalles a conducir con energía esa fusión de flamenco con otras músicas como el jazz o el hip hop. Al final del artículo os propongo un vídeo de su espectáculo Made in México. Si había que cerrar un concierto en El Dorado había que hacerlo por fiesta pero claro no iban a ser unas bulerías corrientes, el trio se unió de nuevo y después de tomarse su copita de mescal, atacan con fuerza una propuesta irreverente que cerró la tragicomedia como si la vida nos hubiese dado otra oportunidad. Y aquí Karen Lugo durante unos minutos descargó, agarrada a la seguridad de la batería de Varela y a la poesía de Chicuelo toda la fuerza flamenca que había reprimido durante una hora, el público lo agradeció puesto en pie. + info | relacionados | fotos: Joan Cortès