Gala Homenaje a Chano Lobato

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Gala Homenaje a Chano LobatoGala Homenaje a Chano Lobato
Festival del Cante de Las Minas
La Unión, Murcia
7 de agosto de 2007

El peregrinaje, al menos una vez en la vida, al Festival del Cante de Las Minas es obligado para todo aficionado cabal. Y qué mejor ocasión que el homenaje a Chano Lobato en un antiguo mercado, acondicionado con buen gusto y con un sonido bastante aceptable dadas las características del local. Una hora antes del evento, alrededor del mercado los aficionados tomábamos tentempiés para afrontar una larga noche, mientras los gitanos castizos ya estaban arrancaos, Capullo de Jerez se hacía fotos con sus admiradores y el aire destilaba embrujo. A las 11 de la noche, la sevillana Esperanza Fernández, acompañada del granadino Miguel Ángel Cortés a la guitarra, abrió con farrucas, siguiriyas, tangos y bulerías un comienzo que auguraba una buena velada. Entró después Juan Ramírez Sarabia, 'Chano Lobato' (Cádiz, 1927). Y aunque necesita el brazo de su guitarrista Antonio Carrión y en sus afamadas anécdotas con Pericón casi no se entiende lo que cuenta, al cabo de media hora ya le sobró el micrófono y se fue bailando por bulerías. Todavía queda Chano Lobato para un buen rato. ¡Felicidades, maestro! Juan Moreno Maya, 'El Pele', fue el encargado de cerrar esta primera parte. El cordobés es un fenómeno y una vez más resultó lo mejor de la noche, dejando claro desde un principio su admiración por Caracol. En las siguiriyas, la guitarra apenas fue necesaria y el cantaor sufrió lo indecible, alcanzando un momento en el que las palabras ya no importaron y los lamentos de El Pele se convirtieron en otro tipo de comunicación. En los bises abandonó definitivamente el micrófono y con su portentosa voz se comió a un público entregado en el frenesí. Volvimos a la calle, donde los chavales seguían con sus desafíos festeros entre cervezas y copas. De regreso al mercado, el joven granadino Manuel Liñán, con un grupo de tres cantaores, dos palmeras, guitarras y percusión, nos trajo un baile rotundo, con unas manos llenas de poesía y esa fuerza que sólo da la juventud. Eran las 3 de la mañana cuando apareció en el escenario Miguel Flores, 'Capullo de Jerez', quizás el artista más en vena esta temporada (así lo demuestra su apretada agenda). Con sus tres palmeros y la guitarra de Manuel Jerito (con el que mostró una compenetración envidiable), Capullo de Jerez le dio al público lo que éste quería: bulerías, tangos, fandangos, más bulerías… Al final, la imagen de un grupo de admiradores lanzándole sombreros o pañuelos demostró el apoteósico final de un certamen capaz de ofrecer, durante cinco horas, un flamenco de calidad a un público que aceptó la peregrinación con mucho gusto. // Cándido Querol