Free Art Ensemble

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Free Art Ensemble
“Cap de Toro”, Discordian, 2015

Nuevo trabajo de la Free Art Ensemble. En la portada un retazo de Saturno devorando a un hijo, el cuadro de Goya, podemos traducir Saturno por el tiempo y quizás nos acerquemos al concepto del disco. Es una idea. Vayamos al contenido. Pero primero si me permitís os presentaré a la banda. Tres trompetas, Julián Sánchez, Iván González y Pol Padrós.  Tres saxos, Albert Cirera, Oriol Fontclara y Tom Chant.  Dos bajos, Àlex Reviriego y Marc Cuevas, y dos baterías, Ramón Prats y Arnau Obiols. O lo que es lo mismo, seis vientos y drum and bass por partida doble. Hay un concepto general de manera de trabajar, las composiciones tienen en común la libertad de ejecución, pero una vez más prefiero analizar el disco desde las particularidades de los compositores. Me gustaría empezar por los dos temas de Àlex Reviriego. Dansa Xinesa ≠ 2, los golpes rítmicos de un imaginado yunque oriental, combinado con la sencillez del viento, parece remontarnos a los orígenes del tiempo, a partir de ahí durante ocho minutos el tiempo ira introduciendo formas y colores pero sin prisa. Las percusiones se volverán más melódicas, universalizándose con el paso de los minutos o siglos. El otro tema de Reviriego, es Cap de Toro, el viento es molesto, agresivo, las percusiones secundan las formas, casi un himno de guerra, la batería arrastra, arrasa, son cuatro minutos de guerra y desolación. Julián Sánchez firma La antigüedad, también quiere Julián empezar desde atrás, en plan sinfonía, va recogiendo las voces que necesita para ir elaborando esa preciosa alfombra multicolor donde pasear la orquesta, tiene un final curioso como falto de solución o más bien como libertad temporal. El otro tema de Julián es Bocimarx, uno de esos temas cortos del granadino donde le gusta homenajear a Coleman sin olvidarse de Nueva Orleans. La introducción del disco corre a cargo de otro trompetista, Iván GonzálezTo AEC en dos partes. La primera me trae a la mente aquel Naked City de John Zorn, pero más cargado de percusiones,  una abertura de álbum valiente, ya que una parte de público abandona de inmediato. La segunda parte, aun que empieza como una continuación lógica, en sus 4 minutos ira conduciéndonos a desarrollos de big band, terreno en el que se encuentra cómodo González. Little Eril es un tema de Albert Cirera (suponemos que en homenaje a El Petit de Cal Eril), el de Igualada propone una parada para saborear durante cinco minutos los trinos del campo, un pequeño oasis que queda alejado del “volumen” general del disco. Para terminar Hombre pequeño, una composición del trompetistaPol Padrós, un cierre largo, catorce minutos, que permiten coger ese silencio “eril” que había insinuado Cirera e ir dotándolo de voces, primero pequeños vuelos de insectos, cada vez más grandes y después con la ayuda del contrabajo dar paso a conversaciones más profundas. En fin, un paso más en la evolución de la FAE. Una formación única que no admite medias tintas. + info | relacionados | Candido Querol.