Festival de Musicas Sacras de Fez – 2015
Festival De Musicas Sacras De Fez – XXI Edición
Del 22 al 30 de mayo de 2015
Siempre he pensado que en Fez el tiempo se detuvo y es la sensación que provoca en aquellos que la visitan. Estábamos alojándonos en el barrio de Oued Zhoud, puerta este de la medina, por aquello de evitar el paso masivo de turistas y mi compañero me preguntó: – Sabes el por qué de todo este trasiego de Senegaleses? Y le contesté: – Un señor me dijo esta mañana que vienen de peregrinación por alguien del barrio que parece tener bastante influencia espiritual en quien lo visita. Algo así como la peregrinación a Lourdes para los cristianos.
Y de pronto pasaron dos horas simplemente observando el vaivén del gentío.
Cuando el nombre de un Festival incluye la palabra “Sacra” creo que a la gran mayoría de nosotros nos infunde algo de respeto e incluso rechazo. Si a eso le unimos el tener que desplazarnos a Marruecos para asistir al mismo, los prejuicios que creíamos haber dejado en el fondo de la mochila pueden aflorar y hacernos tomar una decisión equivocada. Pero muy al contrario, la experiencia de varios años nos dice que cualquiera con un mínimo gusto por la música abrirá una nueva página en su particular abanico melómano encontrando la vertiente más espiritual de ésta.
Esta XXI edición del Festival de Músicas Sacras de Fez ha estado principalmente marcada por las músicas africanas y a su vez por la clara influencia que en su momento tuvo la migración andalusí a comienzos del siglo IX; Ambas han guiado un cartel que no ha tenido desperdicio. Escenarios repartidos en diferentes localizaciones como ya es habitual, desde la impresionante fortaleza Bab Al Makina y su patio de armas que daba cabida a las puestas en escena más multitudinarias, hasta los centenarios palacios y casas particulares para el resto de conciertos, como el ya clásico Museo Batha o el Complejo Cultural Sidi Mohamed Ben Youssef, entre otros. Quizá esto sea parte de su encanto y es que entre concierto y concierto habremos de desplazarnos, en ocasiones a través de la Medina, hasta la siguiente localización, convirtiéndose en toda una aventura. Paralelamente la plaza Bab Boujloud acoge conciertos gratuitos para el pueblo, pueblo que de otra manera no entendería una programación pensada solo para los más pudientes.
La lluvia marcó las dos primeras jornadas del festival con la cancelación de casi la totalidad de ambos programas dejando muy a nuestro pesar en el tintero a Oumou Sangare de Mali y Tiken Jah Fakoly de Costa de Marfil. Sabiendo ya la previsión meteorológica para la tarde, las gaitas bretonas de Bagad Cap Caval y el conjunto marroquí Lamkartass de Tissa improvisaron en plena calle para deleite de los viandantes y todos los que estábamos cerca de la puerta más concurrida de la medina, Bab Boujloud. Amainado el temporal, la Kora de Ballaké Sissoko y la guitarra india de Debashish Bhattacharya supieron entenderse a la perfección, detonante para el inicio de nuestro viaje musical.
Especial mención a las conocidas noches sufís en el Dar Tazi que dan cierre a cada largo día de programación hasta bien entrada la madrugada. Cofradías sufís la mayoría procedentes de Marruecos pero también alguna pincelada de Senegal o Pakistán para esta edición. Cantos de llamada-respuesta en eternos temas de hasta 20 minutos que ascienden a ritmo de percusión atronadora con tremendos clímax de trance empujados por un público enloquecido que se abalanza sobre el escenario para mezclarse en cantos y saltos junto a los músicos. Probablemente uno de los momentos más bellos de todo el festival.
Quizá el encanto de Fez para los viajeros más avispados ya no es lo que era, cuando cada regreso significaba poder relatar un sin fin de aventuras inesperadas. Ahora las cámaras en la medina y la presencia policial hacen el viaje algo más hermético pero no por eso ha dejado de perder encanto, cosa de la cual tiene bastante culpa el festival y el ambiente que se respira en la ciudad durante estos días.
La música de cada pueblo muestra el alma de cada cultura y su sociedad, su forma de ser y vivir, su ritmo de vida.
Texto por: Raúl Álvarez Fotografía por: José Luis Madrid