Femi Kuti & The Positive Force
25 Guitar Festival Bcn
Sala Barts, Barcelona. 24 de abril de 2014
Acierto del 25 Guitar Festival por traer de nuevo a Barcelona a este grande de la música africana. Y es que aunque la propuesta del primogénito de Fela Kuti no case excesivamente con el nombre del festival, Femi Kuti y su numerosa banda, The Positive Force, podrían tocar en cualquier festival, llámese de guitarra, jazz, indie, africano o world music porque su puesta en escena es exuberante e impecable y su afrobeat del siglo XXI sigue exhibiendo músculo y claridad de ideas. Un afrobeat que sigue siendo explosivo y que mantiene sus raíces, o sea la unión de jazz, funk y música tradicional africana (highlife y yoruba), y que lleva unido de forma intrínseca textos de denuncia social. Pero si su denuncia antes era panafricana, ahora se ha vuelto global.
Camino a los 52 años, con aspecto no tan joven, con algo menos de pelo, pero igual de arrollador que siempre, nos tuvo durante dos horas y cuarto a su merced.
Empezó con el vigoroso Truth Don Die (del imprescindible Shoki Shoki) y con la banda pisando el acelerador. Cuando acabó la canción, lanzó un enorme beso al público y para que todo el mundo supiera de donde venía y como presentación dijo: “Es Lagos, es África, es afrobeat”. Su banda está ahora rejuvenecida, con “solo” tres vientos, bajo, guitarra, teclados, batería, percusión (¡tremendo percusionista!) y tres coloristas bailarinas que no pararon en todo el concierto. Para nuestra sorpresa, Femi no solo tocó el saxo y el teclado, sino que también la trompeta (lleva años peleando con ella) y además el clarinete. El concierto siguió con la más relajada Stop Aids y después Do Your Best, donde Femi hizo ese largo e hipnótico solo de saxo sin parar de soplar, mediante la respiración circular, y que le permite mantener una nota durante minutos sin problemas. El heredero del afrobeat tiene nueve discos editados, o sea que tiene éxitos donde elegir, así que volvió al Shoki Shoki de la mano del Victim of Life y visitó el Day By Day mediante el You Better Ask Yourself, tema precioso y de letra cruda (“será mejor que te preguntes cómo el continente más rico tiene a la mayoría de personas más pobres”). La banda funciona a la perfección y Femi los dirige casi sin mirarlos, estoy seguro que con el impecable espectáculo que dan, donde vayan triunfan. Entre canción y canción Femi nos lanzaba su grito de llamada-respuesta y que todo el mundo parecía aprendido, “arararará” gritaba él, y “ororororó” respondía el público. Siguió con tres temas más del Africa For Africa, el himno panafricanista que da título al disco (donde Femi se lució con el clarinete), la coreable Dem Bobo y la trepidante Nobody Beg You (“nadie te rogó que fueras presidente”). A partir de aquí se lanzó de lleno a la presentación de su nuevo y excepcional disco, No Place For My Dream. Empezó con una llamada a la acción a través de la acelerada Carry On Pushing On (“la primavera árabe no trajo rosas”), que nos dio una de las sorpresas de la noche, porque hay que saber que en el afrobeat es muy extraño oír un solo de guitarra, así que no se sabe si sería por tratarse del Festival de Guitarra o no, pero el guitarrista tuvo su momento de fama y además lo ejecutó con muy buen gusto. También hicieron The World is Changing (“las personas que sufren no pueden aguantar más”), quizás algo más lenta que en el disco, o Politics Na Big Business, una acusación directa a los políticos que solo están interesados en mantener sus privilegios y dejan a la población en situación alarmante. Entre los siete temas que presentaron de ese nuevo disco, sobresalió el Wey Our Money donde aplicó otra subida de intensidad, y el tema que le da título No Place For My Dream, donde confiesa que a pesar de la dura realidad, no debemos dejar de soñar y luchar por la paz mundial, la felicidad, el amor y las opciones de trabajo para todos. ¡Ah! Y además sirvió para lucir un segundo solo de guitarra. El final llegó con la pesimista, pero realista Sorry Sorry que alargó y mezcló con un ritmo que sonaba bastante cubano. Llevaba una hora y tres cuartos y la mayoría estábamos sudando por la descarga infringida, así que volvieron con el mismo ritmo cubano y la empalmaron a la tranquila Day By Day. Después acelerón final que acabó con la excepcional Na So We See Am.
Como dice Femi, “el propósito del afrobeat es conseguir que la gente baile mientras digieren la amarga píldora de la realidad”. ¡Objetivo conseguido!. +Info | Relacionados | Miguel Amorós | Fotos: Jordi Bertran