Fela Kuti
Fela Kuti
"Anthology 1"
Wrasse Records / Universal
Icono de la música africana de todos los tiempos. Agitador y activista político desde la subversiva y polígama República de Kalakuta. Látigo de los corruptos gobiernos africanos. Mártir del SIDA. E inspirador de un ejército de bandas que a día de hoy reviven su legado con fruición (Anti Balas, Albino, Kokolo Afrobeat Orchestra, AIFF….). Sin olvidar el relevo generacional que suponen sus hijos Seun y Femi Kuti. Estas definiciones y muchas más cabrían en el singular universo de Fela Kuti. Su contacto con la ideología revolucionaria de los Black Panthers y el naciente funk norteamericano le llevarían a crear el afro-beat, un estilo que bebía tanto del high-life africano como del soul. Percusiones que planean con suavidad; una tórrida sección de vientos; hipnóticos temas de más de quince minutos; y una cohorte de bailarinas, tocadas en atuendos africanos tradicionales, que con sus contoneos de caderas y culo, derretía al público que vibraba en sus conciertos. Todo esto se traduce en los dos discos que conforman este repaso a su mastodóntica obra. En el primer volumen se incluyen sus éxitos añejos de la primera época, centrada en los años sesenta y los primeros setenta: Highlife time, Viva Nigeria o Olulufu mi . Canciones de reducido metraje y cierto regusto a high-life, que invocan a sus días con Koola Lobitos. Tampoco faltan excelencias como Shakara (Oloje) braggart (Liar), o Jeun ko ku (Chop´n quench). El segundo disco está más centrado en la época en la que creó la macro-orquesta Africa 70, donde lidiaría junto al gran batería Tony Allen, todavía en activo. Temas como Why Black Man Dey Suffer, Roforofo fight, Trouble sleep yanga wake am, o Water get no enemy superan la barrera de los diez minutos y están preñadas de desarrollos progresivos y mucha psicodelia, a la manera de unos Funkadelic africanos. Para redondear la jugada la terna se cierra con el documental Teacher don´t teach me nonsense, que contiene esclarecedoras entrevistas a Fela Kuti y material del mítico concierto que el nigeriano ofreció en Glastonbury en 1984. // Miguel Angel Sánchez Gárate