David Byrne & St. Vincent
David Byrne & St. Vincent
L’Auditori, Barcelona. 7 de septiembre de 2013
Sin lugar a dudas, David Byrne junto a St. Vincent, seudónimo de la joven y bella Annie Clark, se lo han currado a todo nivel. Fue un show con mayúsculas, un concepto integral donde lo musical y lo visual oficiaron de matrimonio perfecto.
Poner o no poner en palabras el show que ofreció el legendario líder de Talking Heads de la mano de St. Vincent y viceversa, ésa es la cuestión.
En fin, nobleza obliga. No se parece en nada a lo que haya visto jamás.
Eran doce los músicos que poblaron el escenario con un dress code singular regía el black & white que a su vez bailaban una cuidada coreografía que cambiaba de tema en tema. Una propuesta innovadora en la que, además, reinaron los saxos, tubas, trompetas y otros instrumentos tracción a pulmón. Concretamente, ocho vientos, teclados, batería y dos guitarras. Una Big Band que conquistó desde el minuto uno.
Claramente se notó que St. Vincent cuenta con todo el respeto y la admiración de Mr. Byrne. Es más, el protagonismo de ella, lejos de toda sospecha inicial, agradaba, daba gusto. Su baile que consistía en mover sus extremidades superiores con tics robóticos, mientras que los movimientos de sus pies recordaban a los de una geisha por aquello de los pequeños pasos que daba mientras tocaba la guitarra y cantaba con voz clara y desgarradora, seducía tanto como su micro falda de piel, sus tacones y su blonda melena. De Byrne, está todo dicho. Solo cabe remarcar que sus facultades están intactas. Su voz y su particular estilo fue, es y será influencia para muchos.
El público bailó al son de Love this Giant 2012, el disco que aunó los talentos de esta dupla que se conoció en el 2009 en un concierto benéfico en el Radio Music Hall. Ni hablar del momento greatest hits en el repasaron parte de la prolifera trayectoria de Byrne. Desde su veta solista, como la de líder de la siempre bien ponderada Talking Heads y hasta incluso hubo lugar para reversionar Strange Overtones un temazo del disco My Life in the Bush of Ghosts que grabó el año 1981 junto a Brian Eno.
Con Lazy el Auditori devino en descontrol y obviamente ya nadie quiso volver a la butaca. Después de los bises, el público poco a poco fue desalojando la sala con una sonrisa dibujada rogando que esta dupla dure para siempre. + Info | Relacionados |María Eugenia Montenegro