Coro de Niños Natumayini de Uganda

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Coro de Niños Natumayini de UgandaCoro de Niños Natumayini de Uganda

Festival del Mil.leni
Barcelona, Palau de la Música
30 de diciembre de 2007

Hace tres años, la asociación Música para Salvar Vidas, descubrió el talento de estos niños y jóvenes que forman El Coro Natumayini (esperanza en ugandés). Huérfanos en su totalidad, ya que sus padres fallecieron del sida, víctimas de las cruentas guerras del norte del país o simplemente fueron abandonados pues nadie podía encargarse de ellos, vienen de orfanatos y de los arrabales de Kampala y buena parte de ellos han sufrido abusos físicos y psíquicos e incluso han vivido en sus propias carnes situaciones de esclavitud. Bajo un proyecto humanitario en el que se pretende rescatar la dignidad humana de estos niños y ayudarles a construir un futuro mejor y real, se llevó a cabo una selección de aquellos con aptitudes para el canto y el baile y vinieron por primera vez a nuestro país hace un par de años durante más de un mes para ofrecer diferentes espectáculos en algunas ciudades españolas. El pasado 30 de diciembre, le tocó el turno a Barcelona y a un festival que históricamente no incluye actuaciones de este tipo, sino de grandes nombres y artistas consagrados. Este año se rompió está norma, y el Mil.leni nos dio la oportunidad única y absolutamente imprescindible de disfrutar en directo de la fuerza, profesionalidad y energía desbordante de este grupo de talentosos jóvenes. Durante dos horas largas de espectáculo, los niños del Coro Natumayini dieron todo de sí a través de bailes de coreografías espléndidas e impecables y de sus grandes voces. Incansables, llenos de alegría y vitalidad, siguen con una precisión intachable las indicaciones de su director. Color, ritmo, gusto exquisito y espectaculares vestuarios, llenaron el Palau de la Música y nos tocaron el alma. Los jóvenes ugandeses nos ofrecieron el mejor regalo de esta na vi dad: una lección de vi  da y un banquete de buena energía para combatir los excesos gastronómicos y consumistas de estas fechas en nuestro “primer mundo”. // Mª José López Vilalta –La Morocha-