Colina – Miralta – Sambeat Trio
Colina – Miralta – Sambeat Trio “Colina – Miralta – Sambeat Trio”
ContraBaix / Karonte
www.contrabaix.com Estos tres hombres representan como pocos la evolución del jazz en nuestro país. Cada uno tiene su carrera solista o en diversas formaciones, los tres gozan de sobrado reconocimiento internacional como para hacer lo que les venga en gana y, por supuesto, se encuentran en un buen momento en el que no faltan bolos en sus agendas. Aún así tienen tiempo para juntarse y repasar estos diez temazos. Teo, el primero, es un clásico de Monk: sólo por esto ya vale la pena el encuentro. La manera en la que se han acoplado Colina y Miralta es única, aunque han tocado tantas veces juntos que no debería extrañarme. Cuando empieza Syeeda’s song flute de Coltraine, Sambeat sopla como debe hacerse ante un tema de dicha envergadura. Impresionante. Hace mucho que le escucho, pero en este tema ha conseguido sorprenderme de nuevo. Luego entramos en un universo más melódico: las interpretaciones de Youkali de Kurt Weill o Love for sale de Lennon y McCartney nos muestran cómo el trío entra en detalles, un espacio para que Colina marque unas pulsaciones reconocibles, Miralta subraye con ese hermoso repiqueteo y la calidez del saxofón de Sambeat nos sorprenda en cada arrebato. Pero si hay algo en que coinciden estos tres hombres es en su pasión por unir el jazz con el flamenco y la música cubana. Es lógico, pues, que Tito Alcedo y Marcelino Guerra estén entre los escogidos para ser versionados. Además de los clásicos universales, aparecen un par de composiciones de Perico Sambeat que no desmerecen en absoluto al lado de los grandes: Pringators, potentísima y excelente, y Sábanas negras, que muestra la maestría del valenciano para acercarse a los ritmos latinos. Y por si fuera poco queda una composición de los tres músicos creada para la ocasión: Hugo. A mí me recuerda los bailes andinos, aunque tal vez me equivoco. Pero la cuestión importante es que el trío se luce con unos ritmos apabullantes con los que demuestran que a los buenos músicos todas las composiciones les van como anillo al dedo. Un diez, tirando bajo. // Cándido Querol