Chicuelo & Mezquida
Conexión Taller de Músics, 2017
Juan Gómez “Chicuelo” guitarra insignia del Taller de Músics siempre anda inquieto buscando maneras de ofrecer su guitarra a nuevas experiencias musicales. El año pasado se juntó con Marinah para aquel Sintonias, Montuno, 2016 dónde exploraron la rumba de la antigua cantante de Ojos de Brujo con el flamenco de Chicuelo y la música cubana de Carlos Sarduy. Ahora se trata de Marco Mezquida, sin duda el nombre más aclamado dentro del circuito jazzístico. La apuesta es seria y no buscan un éxito fácil, se trata de dos músicos que ya se conocían de proyectos anteriores y que presentan siete composiciones dónde ambos trabajan de igual a igual. Por supuesto en que hay momentos en que el timón lo conduce uno u otro, pero enseguida cambia el viento y el patrón. Empieza con Chicuelina con una entrada casi torera de la guitarra y unas percusiones de Paco de Mode (tercer hombre del proyecto) y enseguida queda claro que Mezquida va a aportar ese concepto de música de cámara que da un giro inesperado al tema, sin dejar de homenajear a los tanguillos de Rafael Riqueni del mismo nombre. Al sol, aunque la guitarra no quiera decirlo en un principio la percusión huele a buleria enseguida la guitarra lo confirma y el piano adorna desde el segundo plano, la verdad es que la percusión de De Mode es fundamental en el tema, hasta que Chicuelo se lanza a adornar graciosamente la fiesta y al final Mezquida puede rematar llevando el tema a esas fusiones que tan bien le sientan a la buleria. A solas, para mi es el tema que mejor define el disco, una preciosidad de canción que va creciendo a medida que avanza, un diálogo de dos maestros que se alimentan el uno en el otro, un tempo que invita a escuchar, a emocionarse ante la belleza de una música sin etiquetas, sólo corazón. Como composición quizás sea la más sencilla, es una estructura que no deja de repetirse, pero no te dejará indiferente. Velas, vuelve la percusión a ser el viento que empuja el ritmo, guitarra y piano caminan de la mano, incluso cuándo cambian de rumbo lo hacen juntos, supongo que hay que saber muy bien en que estas metido para tanta compenetración, hacia mitad del tema hay un momento mágico de relación entre el piano y la percusión que resuelve Mezquida con un trabajo a dos manos muy interesante. El tiempo se detiene y se queda solo Mezquida (muy bonito) hasta que entra el trio a rematar retomando el tema y dándole esa melodía buscada. Engaño, Mezquida empieza a trabajar las cuerdas del interior del piano, para completar el trabajo inicial de Chicuelo, se suma la batería de De Mode y unas falsetas de Chicuelo anticipan la explosión prevista, ahora Mezquida retoma esa fusión del flamenco con canciones, boleros u otros estilos del otro lado. Se alternan guitarra y piano en “insinuar” canciones de otros tiempos sin dejar de trotar con aires flamencos. Lenta, andante, trepidante. A medida que avanza el disco no dejo de observar que casi todo el tiempo es un trabajo de trío y es curioso que lo vea más claro que nunca cuándo trabajan diferentes ritmos de una misma idea, que mejor que ese compás que hermana a la bulería con la soleá y la seguriya para demostrar cómo se puede viajar con el mismo caballo y conseguir diferentes sensaciones según el paso el trote o el galope. Para cerrar el disco Conexión, empieza Chicuelo con un guiño nada menos que a Libertango del maestro Piazolla (o al menos a mí me lo sugiere) hay unos aires de tangos, uno de los palos que al igual que la bulería mejor viajan por el océano y hacía mitad del tema ya está Chicuelo lanzado en graciosas travesuras, que bien le sienta a este hombre la seguridad del trío y como me gusta este tema en su hermanamiento con lo que sería un trío de jazz. Un fin de fiesta por supuesto pero abierto, sin fronteras. Está claro que es un proyecto de grandes músicos que no han hecho unos temas pensando en cómo colocarlos en el mercado, sino en cómo transmitir ese arte que llevan dentro y que no quieren que se les reduzca a conceptos clasificatorios. + info | relacionados