Che Sudaka
Che Sudaka
Sala El Tren, Granada
28 de Octubre de 2009
Che Sudaka se está convirtiendo en un grupo imprescindible dentro del mestizaje, herederos directos de Mano Negra, poco a poco han creado un estilo propio y logrado un merecido respeto, tras multitud de conciertos por los más diversos países. Esta vez, su imparable espectáculo pasó por la Sala El Tren de Granada ante unas 400 personas, en su primer concierto de una gira andaluza, organizada por Rootsound, que siguió por Sevilla, Málaga y Córdoba, con motivo de la presentación de su último disco Tudo É Possible.
Antes que ellos actuaron uno de los grupos más en forma del mestizaje granadino. Los Vecinos del Callejón interpretaron los temas de su A tu ritmo en un concierto festivo de fusión urbana, en el que caben reggae, funky, ritmos latinos y rock bullanguero. Un buen comienzo para entrar en calor antes del plato fuerte de la noche, Che Sudaka.
Este grupo de inmigrantes argentinos y colombianos afincados en Barcelona, realizó un espectacular concierto en el que no pararon un solo instante. Su música es una excepcional fusión de diversos estilos, reggae, rock, funk, hip hop, punk, ska, rumba y hasta cumbia, todo ello interpretado con una energía fuera de lo común.
Comenzaron con el recitado del cantautor argentino Facundo Cabral, No hay imposibles. Y para demostrarlo, aparecieron en escena Leo, Kachafaz, Cheko, Jota, Cordobés y Anthrax y comenzó la fiesta. Una fiesta consciente pues sus letras nos invitan al optimismo y a la reflexión ante los problemas de este Locoworld. Interpretaron temas de su último disco como Calle Luna, Serás feliz o la reconfortante El libro de los abrazos pero no olvidaron lo mejor de su repertorio. Mirando el mundo al revés, Almas rebeldes, Bam Bam o Bihotza desataron la locura en la Tren. Energía a raudales, Che Sudaka no pararon un segundo en un directo arrollador que no dejó a nadie impasible. No faltó Sin Papeles, versión del clásico de Sting English man in New York, que fue interpretada en formato acústico, como recuerdo de los inicios callejeros del colectivo. Sin duda ese pasado es lo que hace de su directo algo auténtico y cercano. Por supuesto no faltó su reivindicación ante la prohibición de tocar en las calles de Barcelona. Sin reservarse en absoluto, Che Sudaka ofrece todo lo que tiene en cada concierto como si realmente fuera el último. Se nota que disfrutan encima del escenario. Leo salta, hace el Topo Gigio y termina el concierto en paños menores. El resto del grupo jamás está quieto y el sudor cae sobre las primeras filas. Continuaron a toda máquina durante más de dos horas de concierto que acabaron coreando su Che Sudaka junto a un público totalmente entregado. Y por si no se lo habían currado bastante, al terminar vendieron camisetas y cds a pie de escenario, tras haber hecho un llamamiento en favor del Bar Mariatchi de Barcelona, lugar de encuentro cultural, perseguido por la autoridad de la Ciudad Condal.// Eduardo G. Magaña