Charles Walker & The Dynamites, Richard Bonna
Charles Walker & The Dynamites, Richard Bonna
Festival Internacional de Blues de Cerdanyola
Pavelló d’ Esports. Cerdanyola del Valles
16 de octubre de 2009
Hace dos años que los chicos de Sond3 nos anunciaban su firme propósito de traer a Charles Walker & Dynamites y como gente de palabra e ilusión contagiosa, lo han echo.
Pues empecemos por las presentaciones, en primer lugar la banda. The Dynamites, originarios de Tennessee, son nueve músicos con una sola finalidad, desencajar todas las caderas posibles en cada uno de sus shows. Grandes conocedores de la escena Deep funk de Estados Unidos fueron a la caza de una voz y, obra del destino, Charles Walker despuntaba de nuevo en la escena musical de la zona, tras la aparición de su tema Night Train To Nashville en un recopilatorio de Soul y R&B de Nashville. Surgió la química, el maestro Walker los puso en vereda y de ahí surgió Kaboom (Outta Sight Records/Thirty Tigers, 2007), su primera grabación conjunta. Y ya, en septiembre de 2009, nuevo trabajo. Burn It Down (Outta Sight Records/Thirty Tigers, 2009), todo un lujazo para los amantes del funk y concierto en el Festival Internacional de Blues de Cerdanyola. Cita, por tanto, obligada.
Buena entrada para una noche marcada por los contrastes dado el cartel. En primer lugar los esperados Charles Walker and The Dynamites y Richard Bona como colofón de la noche. Bajada de luces y aparecen los Dynamites marcando el tiempo de nuestros cuerpos y preparando al personal de lo que seria su paso por el Valles. Como en toda gala de etiqueta que se precie y en esta ocasión lo era, primer pase de la banda en solitario, al mas puro estilo blackshow, donde se despacharon con tres temas que el guitarrista y cantante, Leo Black, supo liderar al mas puro estilo de Tennessee. Buena dinámica de grupo dentro del escenario, estos chicos tienen tablas y además han conseguido una de esas voces que cualquiera quisiera como despertador matinal en vez del típico re-lo-ji-to… Apagón de luces y aparece impoluto enfundado en su traje gris plata, corbata y zapatos limpios Charles Walker, si señor ahora si que me gustaba lo que estaba viendo. La bomba que es Walker como cantante quedó patente desde el primer tema donde la banda de Deep funk se convierte en una maquina multirítmica. Funk, soul, funky, nothern soul, nu funk… llamadle como queráis, los que estábamos en la pista solo podíamos responder de una manera y era bailando. Bien puesto en su sitio, el incombustible de Nashville supo repartir con elegancia todo un repertorio de canciones que nos condujeron por todos los rincones de la ciudad del Soul. Temas potentes, baladas y hipnóticos fragmentos donde los Dynamites pusieron todo su saber al servicio de la voz, que poco a poco, de la compostura inicial del cantante, pasamos a verlo quitarse la chaqueta, sacándose la camisa fuera de los pantalones y dejando bien visible su enorme corbata que pronto fue sacada de escena por lo molesta que debía ser en plena vorágine musical. Y libre de cadenas no paró hasta que acabara el show con un bis y la energía en todo lo alto, cuantas tablas tiene este ser humano. Soulman desde que prácticamente empezó a andar, Charles "Wigg" Walker es de esa generación a la que todos veneramos y respetamos, desde grabaciones en la mítica Decca hasta salir catapultado a la Northen Soul inglesa donde destaco por una gran cantidad de fans, ya os podes imaginar con quien se codeaba en esos años cuando iba a comprar el pan. Enorme sonrisa del aquí presente y sonrisas en las demás gentes que veía a mi alrededor. Sobre todo un grupo de Canarias que fueron la chispa de la fiesta en la pista y supo estar a la altura del cuerpo de baile B!ritmico. All Right!!!
Proseguía la velada con una propuesta de lujo. La maestría de Richard Bona. Sentía curiosidad ante la respuesta del público. Pasábamos del Soul, el Funk, el R&B… al jazz vitalista del camerunés. El respetable honró su propio nombre, se mantuvo en el Pabelló d´Esports, y brindó profunda atención a lo ofrecido desde el escenario. Bona llegaba a Cerdanyola presentando su último trabajo, The Ten Shades of Blues (Emercy Records, 2009), quinto disco de su carrera, y una muestra más de que su virtuosismo no reside únicamente en su capacidad instrumental frente al bajo. En directo todo esto se hace mucho más patente. Sonrisa permanente, la composición, el tema, el conjunto creado como una sensación a comunicar al oyente, es lo verdaderamente importante. Nada de barroquismos rococós incoherentes en forma de solos sin sentido, tan característicos en muchos de los instrumentistas virtuosos. El bajo, la guitarra, la batería, los vientos…. prolongaciones del cuerpo que nos cuenta, nos habla. Diez años desde su primer Scenes From My Life (Sony, 1999). Una década repleta de viajes y curiosidad musical infinita. Recupero el término vitalista. La musicalidad vitalista de Richard Bona, en su voz, su bajo, su infinidad de experiencias, sus paisajes, creando algo cercano, universal… toda una perla. Frente a mi pequeño asombro inicial por la diferencia de estilos, sacarme el sombrero ante la valentía de los programadores. Cuando hay calidad, no importan las diferencias. Tremenda noche de música. www.bluesdecerdanyola.com // Sergio Coral y Juanjo Peña.