Caixa Sabadell Etnival 1
Caixa Sabadell Etnival 1
Girona, Parc de les Ribes del Ter
19 de junio de 2009
La primera noche de esta quinta edición tan gitana del Caixa Sabadell Etnival presentó una combinación de primeras espadas que, desde el escenario, confirmaron las razones de sus respectivos estatus en la escena, aportando en cada caso diferentes colores a la velada. Aunque para muchos, entre los que me incluyo, la sorpresa más agradable fue, precisamente, la formación menos conocida: Antwerp Gipsy-Ska Orkestra. El grupo belga abrió la jornada con esa particular combinación de música balcánica y ritmos jamaicanos que luce bien explícita su nombre. Con el inquieto Gregor al frente, se fueron sucediendo los temas de Tuttilegal (Evil Penguin Records, 2007), unos temas que sirvieron para caldear de buena manera el ambiente. Aunque cabe decir que el público estaba más que predispuesto (y se constató durante los cuatro conciertos) para disfrutar de la noche que se avecinaba. Por otro lado, Gregor y los suyos tuvieron el detalle de dedicar una canción al legendario cantante gitano Saban Bajramovic, cuando se cumple un año de su muerte, y de acercarse la noche anterior al show de Balkatalan Experience para bailar frenéticamente unos cuantos temas. El turno siguiente correspondió a Balkan Beat Box, el combo neoyorquino que, pasito a pasito, está encontrando su hueco en los escenarios españoles y aumentando entre nosotros el número de quienes conocen sus canciones como se comprobó en Girona. Su combinación de sonidos electrónicos, contundentes percusiones, una guitarra voladora y dos saxofones nos llevó a terrenos diversos, pero siempre bajo una constante rítmica que no vivió excesivos sobresaltos. Este último punto hace que, a mi entender, su propuesta funcione mucho mejor en la corta distancia de un club que en el espacio abierto de un festival al aire libre, donde se dispersa el ambiente que persiguen (y en ocasiones sí que consiguen) crear. El tercer protagonista de la velada fue La Troba Kung-Fú, el grupo de Joan Garriga que bien podríamos decir que era el equipo que jugaba como local. Y eso se notó en la respuesta entusiasta del público y en la entrega de los músicos. Tras reanudar la marcha en primavera, la locomotora rumbera ha vuelto con energías renovadas y con nuevos vagones en el convoy que, estació tras estación, van optimizando su rendimiento. El privilegio de cerrar la noche fue para Shantel y su Bucovina Club Orkestar, cuyo espectáculo era esperado por todos. Aunque ya tiene a punto un nuevo disco (Planet Paprika, Crammed Discs, estará disponible en septiembre), basó su repertorio en los temas del exitoso Disko Partizani (Crammed Discs, 2007) y en sus particulares versiones de clásicos gitanos. La actuación fue menos frenética y delirante que en otras ocasiones (nos quedamos sin el reparto de alcohol, discos y camisetas que hemos vivido otras veces), pero sus fieles seguidores se marcharon con una sonrisa de oreja a oreja y los músculos cansados después de tanto bailar. // Jordi Urpi