Ara Malikian / Concerto for violin and orchestra

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Ara Malikian / Concerto for violin and orchestra Ara Malikian
"Concerto for violin and orchestra"
Non Profit Music / Diverdi, 2008

Para Ara Malikian, interpretar a Khachaturian debe ser algo así como una especie de regreso al hogar. Georgiano de raíces armenias, Aram Khachaturian (1903-1978) -a quien el violinista ya había revisado en clave de bujería en De la felicidad (Wea, 2005)- dedicó buena parte de su obra a la recuperación musicológica de sus ancestros, adaptando el riquísimo colorido orquestal de la música Armenia -como ponen de manifiesto su celebérrima Danza del sable y los extractos de la Suite Gayaneh que usó Stanley Kubrick para su film 2001: Una odisea en el espacio (1968)-. Malikian, aunque nacido en el Líbano, proviene también de familia armenia, por lo que el reencuentro con este autor tiene mucho de catártico.

Todo esfuerzo por devolver a la palestra la historia del pueblo armenio siempre será un bien necesario. Aunque recuperándose poco a poco de ese cruel ostracismo al que se castigó el exterminio armenio en los albores de la Iª Guerra Mundial a manos del ejército turco -un tema espeluznante pero tan sensiblemente tratado en Ararat (Atom Egoyan, 2002)-, la voz del pueblo nunca fue acallada más allá del exilio. Lo prueba la rebeldía de Khachaturian, cuyas relaciones con el poder ruso nunca fueron muy lozanas. De hecho, por los pelos se escapó de las purgas de Stalin cuando se incluyó su nombre en la misma lista negra que citaba a Shostakovich y Prokofiev

Mucho de ese dolor contenido lo sugiere el Concierto para violín y orquesta que Malikian interpreta junto a la Orquesta Sinfónica de Extremadura. Casi de reciente formación -apenas cumplió una década-, el conjunto orquestal se ha labrado su prestigio en la música contemporánea grabando y estrenando obras de Tomás Marco, Cristóbal Halffter, Salvador Brotons, etc., y colaborando con la Fura del Baus y el Royal Ballet del Covent Garden de Londres. Dirigida por Jesús Amigo, la orquesta ha sabido captar con rigor el sentimiento que caracteriza a Khachaturian, autor aún demasiado ignoto por estos pagos.

Abierto como una larga cadenza improvisatoria, el primer movimiento del Concierto hila un sentido lamento de violín que pone los pelos de punta. Khachaturian lo concibió como un Allegro con fermezza, pero Malikian opta por remarcar más el aspecto enérgico que la triste alegría que derrocha la pieza original. Lo mismo ocurre con el Andante sostenuto siguiente, escrito en forma de vals enrabiado, a las antípodas del feliz Allegro vivace que cierra la obra. Ese brillante gracejo va a impregnar el tono festivo de la Suite Masquerade que complementa el disco, una colección de cinco danzas tradicionales a cada cual más alocada y viva: un frenético vals que no oculta su regusto amargo de fondo; el desbocado Galop, tan sarcástico como histérico; una contagiosa Mazurka que exhibe en los vientos un aire burlón… Pero en general Khachaturian no puede (ni quiere) disimular el poso de su pasado, y entre explosiones de supuesta felicidad amaga naipes que trastocan lo lúdico en melancólico, como pasa cuando suena la trompeta del Romance o ese emotivo Nocturno con el protagonismo absoluto el violín de Malikian. Non Profit Music, Diverdi // Iván Sánchez Moreno